Por redacción de Sin Comillas
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, propondrá en su próxima reunión del 15 y 16 de marzo un alza de un cuarto de punto en las tasas de interés. Sería la primera subida desde 2018.
En su discurso ante el Comité Financiero del Congreso de Estados Unidos, Powell ha defendido la decisión de subir las tasas a pesar de que invasión rusa de Ucrania plantea dudas sobre el crecimiento mundial.
“Con una inflación muy por encima del 2% y un mercado laboral fuerte, vemos apropiado elevar el rango objetivo para el tipo de los fondos federales en nuestra reunión a fines de este mes”, enfatizó Powell en su discurso. “El proceso de eliminar la política acomodaticia en las circunstancias actuales implicará tanto aumentos en el rango objetivo de la tasa de fondos federales como una reducción en el tamaño del balance de la Fed”, añadió.
Según Powell, el mercado laboral está “extremadamente ajustado” y considera que se ha alcanzado el objetivo máximo de empleo en las condiciones actuales, por lo que el próximo paso es hacer frente a la inflación. Las empresas tienen problemas para llenar sus vacantes, mientras que los trabajadores renuncian y aceptan nuevos trabajos, lo que ayuda a que los salarios aumenten al ritmo más rápido en años.
“Sabemos que lo mejor que podemos hacer para respaldar un mercado laboral fuerte es promover una expansión prolongada, y eso solo es posible en un entorno de estabilidad de precios”, subrayó Powell.
El presidente de la Reserva Federal espera que con las subida de las tasas de interés se modere el aumento en el precio de las viviendas. Pero insistió que lo único que puede hacer la Reserva Federal es “alejarnos de los estímulos” y esperar que se enfríe la demanda mientras se recupera la oferta.
Powell advirtió que los “efectos a corto plazo sobre la economía de Estados Unidos de la invasión de Ucrania, la guerra en curso, las sanciones, y de los acontecimientos por venir, siguen siendo muy inciertos”. “Hacer una política monetaria adecuada en este entorno requiere reconocer que la economía evoluciona de forma inesperada”, por lo que “tendremos que ser ágiles para responder a los datos entrantes y a la evolución de las perspectivas”.