Por José G. García López*
La reforma contributiva propuesta por el presidente Joe Biden de ser aprobada podría tener un impacto negativo sobre la competitividad internacional de la economía de Puerto Rico en el largo plazo. A pesar de que su plan económico para atender la pandemia del COVID 19 y la búsqueda de paridad fiscal en los programas federales será beneficioso para nuestra economía; en materia contributiva la realidad es otra.
¿Cuál es la propuesta sobre la mesa?
La propuesta del presidente Biden incluye establecer un impuesto mínimo global (IMG)de 15% a todas las empresas multinacionales norteamericanas que tienen negocios en otros países extranjeros. Con esta propuesta Biden persigue aumentar los recaudos fiscales para poder financiar su plan de $2.2 trillones en inversión de infraestructura. Además, busca cooperar y cumplir con el acuerdo internacional de un IMG para atender el impacto macroeconómico de la pandemia y reducir la evasión fiscal. El IMG se enfocará en atacar los llamados “paraísos fiscales” que ofrecen tasas contributivas muy bajas a las corporaciones y sociedades a fin de mejorar la equidad y atraer la inversión externa hacia sus países.
Hace varias décadas, Puerto Rico fue uno de los países modelos en la promoción de inversión extranjera principalmente norteamericana por medio del Programa de Exención Industrial de Fomento Económico y los incentivos contributivos de la Sección 936 del Código de Rentas internas Federal. Como todos sabemos la Sección 936 fue eliminada en el 1995 y a partir de aquí la isla no solo perdió su posición competitiva global sino producción, empleos e ingresos.
Trasfondo histórico del impuesto mínimo mundial
El IMI surge luego de una larga discusión de un grupo de ministros de finanzas, expertos internacionales entre ellos respetados economistas como J. Stigliz, T.Piketty, J.Ghosh y otros profesionales; preocupados por el impacto macroeconómico de la pandemia, la desigualdad y evasión fiscal. Esto culminó en un acuerdo tributario internacional que consiste en la implantación de un IMG de 15% a empresas multinacionales que realizan negocios en muchos países, aunque no tengan su sede en esa jurisdicción. El mismo acaba de ser aprobado en Londres por un grupo de países desarrollados conocido como G7. Los países que forman parte del grupo G7 son: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón. Cabe señalar que el IMI no será aprobado finalmente hasta que sea discutido el mes próximo en Venecia con el grupo de los G20, el cual incluye países desarrollados como emergentes. Entre las empresas en que se verán afectadas por el impuesto mínimo global se encuentran Amazon, Apple, Google y Facebook.
Plan de Acción
Resulta irónico que el cambio de político ocurrido en Estados Unidos el pasado año, resulte en detrimento a nuestra competitividad y capacidad productiva futura de la economía local. Hasta hace unos meses bajo la presidencia de Donald Trump, el país guardaba la esperanza de recuperar parte de los beneficios contributivos perdidos para atraer nueva inversión a la isla. El Ex Presidente Trump y varios congresistas propulsaron medidas para retornar a un esquema impositivo que incentivara a las empresas multinacionales norteamericanas ubicadas China y otras jurisdicciones productoras de biomédicos y fármacos; a ubicarse en territorio americano. Esto produjo una reacción positiva inmediata de los representantes del sector industrial y privado para el delinear una estrategia encaminada a lograr legislación para materializar la propuesta de Trump. Ahora el cuento es otro. El escenario que nos confrontamos es uno radicalmente contrario y desfavorable.
Entiendo que la propuesta contributiva de Biden con el IMG será un golpe mortal a la competitividad de la isla. Debemos unir esfuerzos y voces para que Puerto Rico pueda recibir cierto “tratamiento especial” aunque considero que el mismo seria cuesta arriba ya que el “impuesto mínimo global” forma parte de un acuerdo internacional que no puede ser violado por ninguno de los países firmantes. Sin embargo, no hay peor gestión que la no se hace, como dice el viejo refrán. A todas luces las señales que estamos recibiendo nos indican que debemos de forma urgente repensar nuestras estrategias e identificar cuáles serán las bases futuras para crear capacidad productiva, competitividad global y un desarrollo económico sustentable a largo plazo.
- El autor es economista consultor y profesor adjunto del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico.