Por redacción de Sin Comillas
La economía mundial crecerá 5.7% en 2021 y 4.5% en 2022, según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La recuperación económica mundial sigue siendo fuerte, favorecida por el apoyo de los gobiernos y los bancos centrales y los avances en la vacunación. Sin embargo, aunque el Producto Interno bruto (PIB) mundial ya haya superado su nivel anterior a la pandemia, la recuperación sigue siendo desigual y los países que están saliendo de la crisis se enfrentan a retos diferentes.
La economía de Estados Unidos crecerá por encima del promedio mundial, un 6.0% este año. El crecimiento en el 2022 será más lento, 3.9%. La economía de la zona Euro crecerá 5.3% este año y 4.6% el que viene. Entre los países que más crecen están China (8.5%), Turquía (8.4%), Argentina (7.6%), España (6.8%) y Reino Unido (6.7%).
La OCDE destaca que el principal reto económico de Estados Unidos será estimular el empleo, mientras que países como Australia y Corea del Sur deberán concentrarse en mantener la recuperación y la mayoría de los países deberán estimular el PIB y el empleo.
Las grandes diferencias en las tasas de vacunación entre los países contribuyen a la heterogeneidad de la recuperación. Los nuevos brotes del virus están obligando a algunos países a restringir sus actividades, provocando cuellos de botella y presiones en las cadenas de suministro.
El rápido aumento de la demanda conforme se reabren las economías ha hecho subir los precios de las materias primas esenciales como el petróleo y los metales. Los precios de los alimentos también están subiendo, haciendo que aumente la inflación, especialmente en mercados emergentes. Las tensiones a lo largo de las cadenas de suministro causadas por la pandemia han agravado la presión de los costos. A su vez, los precios del transporte se han disparado.
Sin embargo, las perspectivas de inflación varían significativamente. Si bien han aumentado de manera considerable en Estados Unidos y en algunas economías de mercados emergentes, siguen siendo relativamente bajas en muchas otras economías avanzadas, especialmente en Europa.
Se prevé que estas presiones inflacionistas desaparezcan con el tiempo. Una vez se resuelvan los cuellos de botella, es probable que el aumento de los precios de los bienes duraderos, como los automóviles, se reduzcan rápidamente, en la medida que la oferta del sector manufacturero se recupere con rapidez. Se proyecta que la inflación de los precios al consumidor en los países del G20 alcance su punto máximo hacia finales de 2021 y se ralentice a lo largo de 2022.
Aunque se están produciendo aumentos salariales considerables en algunos sectores que están reabriendo, como el transporte, el ocio y la hostelería, la presión salarial a nivel general sigue siendo moderada.