Por redacción de Sin Comillas

La economía mundial continúa recuperándose de la pandemia, la invasión rusa de Ucrania y la crisis del costo de vida. Pese a la perturbación que causó la guerra en los mercados de energía y alimentos y el endurecimiento sin precedentes de las políticas monetarias para luchar contra una inflación no vista en décadas, la actividad económica se ha ralentizado, pero no estancado. Aun así, el crecimiento sigue siendo lento y desigual, con crecientes divergencias, asegura Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo, con sede en Washington, ha presentado un informe en el que pronostica una desaceleración del crecimiento de la economía mundial, que pasará de un 3.5% en 2022 a 3.0% en 2023 y 2.9% en 2024, muy por debajo del promedio histórico (2000–19) de 3.8%.

La probabilidad de un aterrizaje suave ha aumentado, pero el pronóstico de crecimiento es el más bajo de las últimas décadas. Las recientes subidas del precio del petróleo añadirán presión a la inflación y complicarán la labor de los bancos centrales, que han dado señales de que van a mantener las tasas de interés altas más tiempo del previsto.

La desaceleración es más pronunciada en las economías avanzadas que en las de mercados emergentes y en desarrollo. Se prevé que, en las economías avanzadas, la desaceleración sea de 2.6% en 2022 a 1.5% en 2023 y 1.4% en 2024, conforme el endurecimiento de las políticas empiece a surtir efecto. Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se proyecta una disminución moderada de 4.1% en 2022 a 4.0% en 2023 y 2024.

Se pronostica que la inflación mundial se reduzca a un ritmo constante, de 9.2% en 2022 a 5.9% en 2023 y 4.8% en 2024, debido al endurecimiento de la política monetaria y con la ayuda de los menores precios internacionales de las materias primas.

Las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos se han revisado al alza, dada la resiliencia de su consumo y su inversión. La economía de Estados Unidos mantendrá en 2023 el mismo crecimiento del año anterior, 2.1%, y luego crecerá a un ritmo menor, 1.5%. El FMI pronostica un incremento moderado del desempleo, de 3.6% a 3.9% para 2025.