Por Luisa García Pelatti
Fue la joya del proceso de industrialización de Puerto Rico. Durante años, acumuló deudas y problemas fiscales. Ahora, ineficiente y obsoleta, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo económico, asegura Heidie Calero, presidenta de H. Calero Consulting, que en una de sus publicaciones, “Economic Pulse Puerto Rico”, analiza la situación de la corporación pública.
La AEE se enfrenta a la constante caída del consumo de energía que ha erosionado sus ingresos y ha provocado la pérdida de más de 2,500 trabajadores en seis años.
Año y medio después del huracán María, el proceso de privatización ha resultado en “innumerables políticas conflictivas y esfuerzos fragmentados” y carece de la reglamentación adecuada.
La deuda de la AEE se disparó de $7,600 millones en el año fiscal 2010 a $9,400 millones en el 2014. “Se convirtió en rehén de políticos y uniones y perdió el incentivo para modernizarse y llevar a cabo las reformas necesarias”, explica Calero. El huracán demostró que la AEE no es capaz de hacer frente a desastres.
Pero la analista dice que toda la culpa no es de la AEE, que ha tenido que operar durante una recesión que ya dura 12 años, y como resultado el consumo industrial cayó 50% entre el 2000 y el 2018, entrando en un círculo vicioso de baja demanda y falta de inversión.
“La privatización no es la panacea”, advierte Calero. No cambiará la naturaleza monopolística de la corporación pública, ni reducirá los precios y no está claro cómo se podrá reducir la deuda y privatizar al mismo tiempo.