La falta de acceso frecuente al agua potable y a un techo para protegerse no es exclusiva de las personas sin hogar, sino que puede ser una necesidad no cubierta para algunos agricultores, obreros y personas envejecidas.
Por Wilma Maldonado Arrigotía | Centro de Periodismo Investigativo
La pobreza agudiza aún más los efectos del calor en poblaciones que son más vulnerables a los extremos climáticos como los adultos mayores, las personas sin hogar, los agricultores y los obreros, coincidieron profesionales que brindan servicios a estos individuos.
En Puerto Rico, la falta de acceso frecuente al agua potable y a un techo donde protegerse no es exclusiva de las personas sin hogar, sino que puede ser una necesidad no provista a algunos agricultores, obreros y personas envejecidas, según se relató en el panel ¿Cómo atender las poblaciones más vulnerables a las olas de calor? realizado el pasado viernes como parte del Caribe Fest 2024, en el Museo de Arte Contemporáneo en Santurce.
Francisco Rodríguez Fraticelli, presidente ejecutivo de la Coalición de Coaliciones Pro Personas Sin Hogar de Puerto Rico, indicó que durante la ola de calor del año pasado tuvieron que establecer un oasis en la oficina de la entidad en Ponce porque “los muchachos [las personas sin hogar] llegaron a mi oficina pidiendo agua, pidiendo donde estar”. En Ponce se han identificado 250 personas sin hogar, según dijo.
“[Las personas sin techo] tuvieron que sobrevivir en la calles sin un lugar donde guarecerse, sin disposición de agua ni un lugar donde siquiera alimentarse”, dijo Rodríguez Fraticelli sobre las olas de calor de 2023. Añadió que la situación se agrava porque los Códigos de Orden Público en los municipios criminalizan actividades como dormir en las plazas o parques, donde estas personas buscan espacios para descansar y sombra para protegerse del sol.
En 2023 se registraron temperaturas históricas en Puerto Rico, donde más del 41.7% de la población vive bajo los niveles de pobreza según datos del Censo. En septiembre de ese año, los datos sobre las olas de calor en el Caribe registraron un incremento que superó registros históricos de 2010, 2016 y 2020, de acuerdo con el Caribbean Climate Outlook Forum. El tema central del Caribe Fest 2024, organizado por el Centro de Periodismo Investigativo, gira en torno a las olas de calor en la región del Caribe.
Katia R. Avilés Vázquez, directora ejecutiva del Instituto para la Investigación y Acción en Agroecología (IALA-PR), una organización que, entre otras cosas, capacita para el desarrollo de diversas destrezas agroecológicas en Puerto Rico, explicó que el calor extremo provoca una disminución en la producción agrícola, un mayor uso de agua y que todo “eso tiene un efecto económico en la familia y en toda la articulación regional de esa economía”.
“Aun cuando estamos viendo un auge con agricultores más jóvenes que están haciendo otros tipos de agricultura, se ven en una posición en que no están reconocidos por el Estado, que no reciben ni pueden acceder a ninguno de los incentivos que se han generado para la agricultura y entonces enfrentan estas olas de calor ya de por sí en una desventaja”, dijo la experta en Ecología Cultural y Política.
Las temperaturas extremas también inciden en el aspecto físico del trabajo porque los agricultores tienen una mayor necesidad de descanso ante el agotamiento que provoca el calor. Pero, ese periodo para la recuperación se convierte en un lujo para algunos agricultores. Avilés Vázquez narró que muchas familias dedicadas a la agricultura después de madrugar para iniciar la jornada de trabajo, dedicarse a los quehaceres del hogar y a las responsabilidades familiares “vuelven a la finca a las 7:00 u 8:00 de la noche para completar el ciclo de trabajo y levantarse dos o tres horas después” para volver a empezar la faena.
En tanto, la procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Carmen D. Sánchez Salgado, explicó que, aunque un gran porcentaje de las personas envejecidas pueden valerse por sí mismas, hay otras que necesitan ser atendidas por familiares o cuidadores, incluso para hidratarse o para que alguien les recuerde la ingesta de líquidos porque pierden la sensación de sed, así como la capacidad de percibir los índices de calor.
Sánchez Salgado dijo que muchos familiares se convierten en los cuidadores de esos parientes a expensas de dejar sus trabajos para poder asumir esa responsabilidad. “Por eso es que entonces vemos situaciones de extrema pobreza no solo de los adultos mayores, sino también en los cuidadores, y eso los pone más vulnerables”.
La Procuradora dijo que la Asamblea Legislativa tiene ante su consideración un proyecto de ley que permitiría que los programas de Gobierno que reclutan cuidadores puedan pagarles a familiares que están 24 horas al cuidado de su familia a expensas de su propia seguridad económica.
Por otro lado, Mariceli González Morales, segunda vicepresidenta del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras, dijo que como una manera de atender los efectos de las altas temperaturas en los centros de trabajos, la unión procura durante las negociaciones de los convenios incluir términos y condiciones que atiendan aspectos como la vestimenta adecuada para soportar la intensidad del calor, pausas más frecuentes dentro de su jornada de trabajo y la provisión recurrente de agua.
“Los sindicatos estamos buscando opciones para abordar este problema, entre las alternativas buscamos que se garantice un lenguaje dentro del convenio colectivo que promulgue condiciones laborales saludables, con mayor protección, mejor seguridad para los trabajadores”, pero reconoció que, ante la realidad climática, estos son asuntos noveles en las negociaciones colectivas.
“En estas condiciones de temperaturas extremas [los trabajadores] se ven expuestos a deshidratación, golpes de calor, entre otros problemas de salud”, particularmente a quienes trabajan a la intemperie y en espacios cerrados con poca ventilación. Los salarios de muchos de estos obreros se encuentran entre las escalas más bajas.
“También exhortamos al patrono a la posibilidad del trabajo remoto durante los días que hay temperaturas extremas en la medida en que esto sea posible. También que inviertan en refrigeración adecuada en los espacios cerrados y proporcionen los equipos de protección apropiados en los espacios abiertos”. Así como orientación a los trabajadores y capacitación para detectar los síntomas y cómo manejarlos para evitar que se afecte su salud, agregó.
Los cuatro panelistas coincidieron en que educar a las poblaciones a las que prestan servicios es esencial para que puedan identificar los síntomas que el calor extremo les provoca y también a cómo tomar medidas preventivas.
Rodríguez Fraticelli dijo que las comunidades han tomado la batuta y se han movido a solucionar sus problemas, incluyendo los que el cambio climático les provoca. Para eso se necesita una cuota de empoderamiento, según la Procuradora de Personas de Edad Avanzada. Pero también, según Avilés Vázquez, requiere exigir un “gobierno funcional” que se dirija a una planificación que permita la supervivencia en tiempos de calor extremo.
“Si seguimos reaccionando a nivel individual no vamos a salir del atolladero”, advirtió la directora ejecutiva del Instituto.