Por redacción de Sin Comillas
La Organización Internacional del Trabajo ha hecho público su informe sobre Trabajo en el Mundo 2012, que bajo el título “Mejores empleo para una mejor economía”, donde repasa las perspectivas de empleo para este año. El organismo solo observa perspectivas positivas para Asia y América Latina. Con el mercado laboral europeo, sin embargo, es muy pesimista, y recuerda que este continente es responsable de dos tercios del aumento de la tasa de desempleo desde 2010. “¿Cómo salir de la trampa de la austeridad?”, pregunta la OIT, que advierte que los recortes y la obsesión por atajar el déficit de los Gobiernos están dañando el mercado laboral de todo el mundo. El informe calcula que a nivel global hay un déficit de 50 millones de empleos.
La OIT asegura que es posible escapar a la trampa de la austeridad y ofrece algunas recomendaciones. Exhorta a los países a instaurar las condiciones necesarias para preparar un cambio drástico en el actual enfoque político. Destaca la necesidad de un enfoque que reconozca la importancia de colocar el empleo entre las prioridades de la agenda política y la necesidad de coherencia entre las políticas macroeconómicas, sociales y del empleo. Esto requiere cambios significativos en la gobernanza interna y mundial, lo que supone una labor compleja. Aunque la tarea es exigente, los avances en esa dirección serán premiados con mejores perspectivas de empleo y una economía más eficiente, asegura.
Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales (IIEL) de la OIT, señala que no se puede fiar solamente a la austeridad y los recortes presupuestarios la recuperación de la economía y del empleo, y que las políticas de reducción del déficit han tenido un efecto contrario al deseado. “Se pensaba que esos recortes iban a fomentar la confianza y la inversión, crear mayor crecimiento en algún momento y empleo, pero en realidad lo que está pasando es que sigue cayendo la confianza y la inversión”, argumenta este experto de la OIT.
El informe del organismo internacional ofrece una perspectiva de futuro poco halagüeña. “Es poco probable que durante los próximos dos años la economía mundial crezca a un ritmo suficiente para reducir el actual déficit de empleo, y ofrecer trabajo a más de 80 millones de personas que se calcula que entrarán en el mercado laboral durante este período”, advierte.
En los países europeos, apunta la OIT, la reducción del déficit fiscal ha sido considerada esencial para calmar los mercados financieros. “Pero incluso en países que no han sufrido los efectos de la crisis, esta estrategia está siendo aplicada por razones preventivas”. El exceso de austeridad está dañando el mercado laboral, y no solo por parte de los Gobiernos, ya que en las grandes empresas, dice el organismo, la falta de inversión “ha alcanzado niveles sin precedentes”.
La OIT apunta contra la austeridad en todo el informe. “En los países que aplicaron el enfoque de la austeridad y de la liberalización en su mayor extensión, principalmente en los países del sur de Europa, el crecimiento económico y del empleo continuó deteriorándose. Además, en muchos casos, estas medidas también fracasaron a la hora de estabilizar la situación fiscal”.
La razón fundamental para estos fracasos, cree el organismo, “es que estas políticas (implementadas en un contexto de perspectivas de demanda limitada y con la complicación adicional de un sistema bancario en medio de su proceso de desapalancamiento) no tienen la capacidad de estimular la inversión privada. La trampa de la austeridad se está accionando. La austeridad, en efecto, ha producido un crecimiento económico más débil, incrementado la volatilidad y empeorando el balance financiero de los bancos ocasionando una mayor contracción del crédito, menores inversiones y, en consecuencia, mayores pérdidas de empleos”. Paradójicamente, opina el organismo, “esto ha afectado de manera negativa a los presupuestos de los gobiernos y, por lo tanto, ha aumentado las exigencias de mayor austeridad”.
“Esta no es una desaceleración normal del desempleo. Después de cuatro años de crisis mundial, los desequilibrios en el mercado del trabajo son más estructurales, y por lo tanto, más difíciles de erradicar. Ciertos grupos de personas, como los desempleados de larga duración, corren el riesgo de quedar excluidos del mercado laboral. Esto significa que no podrían obtener un nuevo empleo incluso aunque se produzca una fuerte recuperación”, avisa el informe.
La inestabilidad laboral es una tragedia humana para los trabajadores; pero además supone un desperdicio de la capacidad productiva”
Recuerda que en países como Japón o Estados Unidos el mercado laboral tampoco ofrece buenas perspectivas y que incluso en mercados en crecimiento, como China, se ha debilitado la creación de nuevos puestos. Sin embargo, es Europa quien está en el ojo del huracán. “La situación del empleo se está deteriorando en Europa y ha dejado de mejorar en muchos otros países. Durante el año pasado, los mercados de trabajo se vieron afectados por la desaceleración del crecimiento mundial. Un hecho que resulta especialmente problemático si se tiene en cuenta que los mercados laborales no se habían recuperado totalmente de la crisis mundial que estalló en 2008: todavía existe un déficit de aproximadamente 50 millones de empleos en comparación a la situación anterior a la crisis”.
La Organización Internacional del Trabajo señala además que el empleo existente se está precarizando, con una mayor tasa de temporalidad y de contratos a tiempo parcial indeseados. “La inestabilidad laboral es, sobre todo, una tragedia humana para los trabajadores y sus familias; pero además supone un desperdicio de la capacidad productiva, ya que hay una tendencia a perder las competencias como resultado de una rotación excesiva entre empleos y largos períodos de desempleo o inactividad”, apunta el informe de 2012.
El informe asegura que es posible Es posible escapar de la trampa de la austeridad. Primero, los salarios deberían crecer al mismo ritmo que la productividad, comenzando en los países con superávit.
Segundo, es esencial reanudar el acceso al crédito y crear un ambiente empresarial más favorable para las pequeñas empresas.
Tercero, es posible promover el empleo y al mismo tiempo cumplir con los objetivos fiscales. El Informe demuestra que un cambio neutral desde el punto de vista fiscal en la composición de los gastos y los ingresos crearía entre 1.8 y 2.1 millones de empleos en un plazo de 1 a 2 años. En el caso de los países emergentes y en desarrollo, los esfuerzos deberían concentrarse en la inversión pública y en la reducción de la pobreza y las desigualdades de los ingresos y en estimular la demanda agregada. En las economías avanzadas, la prioridad deberían ser las personas desempleadas, especialmente los jóvenes, a fin de garantizar que reciban el apoyo adecuado para encontrar nuevos empleos.