Por Luisa García Pelatti
La morosidad de los préstamos concedidos por los bancos –que se había mantenido por encima de 10% desde 2009– se ha estabilizado en torno al 9%, según datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), y no baja.
En el 2006, antes de la crisis, la morosidad apenas alcanzaba el 2%. A principios del 2010 tocó techo y rozó el 14%.
La cifra total de préstamos morosos, que había caído a su nivel más bajo en cinco años ($2,135 millones)en el cuarto trimestre de 2013, ha vuelto a subir hasta $2,235 millones. El valor de los préstamos atrasados (“Assets in nonaccrual status”) lleva seis trimestres por debajo de los $4,000 millones. A finales del 2010 llegó a alcanzar los $7,700 millones.
La morosidad más alta está en las carteras de préstamos de construcción y desarrollo, 32.70%, el nivel más bajo tras alcanzar el 64% en el 2011.
La tasas de morosidad de las hipotecas se sitúa en 13.55%, dos porcentuales menos que hace un año.
La morosidad en las tarjetas de crédito, una de las más baja, es de 1.68%. A principios del 2009 llegó a superar el 4%.
Por institución financiera, la tasa de morosidad más alta es la de Scotiabank, 16.4%. Santander tiene el nivel de morosidad más bajo, 3.8%.
Los mayores problemas en las carteras hipotecarias están en Scotiabank (22.3%) y Doral (17.1%).
En los préstamos de construcción y desarrollo, las tasas más altas las tiene Oriental (90.38%), Scotiabank (85.9%), FirstBank (42.0%) y Popular (52.1%). En este segmento, las tasas más bajas están en Doral (11.8%) y Santander (16.1%).
Los préstamos de los desarrolladores con atrasos se han reducido de $2,834 millones a finales del 2009 a $198 millones en el primer trimestre del 2014.