José J. Villamil

Por redacción de Sin Comillas

“Hemos estado hablando de la Junta de Control Fiscal como algo instrumental, como parte de un proceso, y tenemos que entender que esto es un ‘game changer’, cambia la manera como se gobierno a Puerto Rico. Lo va a cambiar por muchos años. Introduce una serie de interrogantes. Esto no es instrumental. Es un cambio estructural, en el sentido de que es una manera distinta y nueva de gobernar a Puerto Rico”, asegura José J. Villamil, presidente de la junta de directores de Estudios Técnicos, Inc., que participó en un panel de una actividad sobre la Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA, por sus siglas en inglés), organizada por la Coalición del Sector Privado.

Opina que de ahora en adelante “Puerto Rico que va ser muy distinto a lo que ha sido hasta ahora” y que mucha gente no se da cuenta. Villamil señala que una de las ventajas de la llegada de la Junta de Control Fiscal es que “introduzca un poco de humildad en el liderato político y modestia”.

La Junta se creará en septiembre y entrará en funciones en diciembre y enero. Aunque los medios de comunicación se han enfocado en saber los nombres de los que formarán la Junta, Villamil considera que el puesto clave será el de director ejecutivo.

Los miembros de la junta trabajarán a tiempo parcial y no recibirán remuneración. “Son muchos de ellos –los nombres que conozco– personas que tienen posiciones importantes en distintas instituciones. No la van a poder dedicar todo el tiempo a esto”.

Por eso, opina que la figura de director ejecutivo va ser más importante que los miembros de la Junta. El director ejecutivo será responsable de nombrar al grupo de trabajo, que es el que va a generar la información, el que va a evaluar el plan fiscal, el presupuesto y es la figura clave.

Por otro lado, advierte que el proceso de reestructurar la deuda es tan complejo que va a tomar muchos años y no se sabe cuál va a ser el resultado. “Es evidente que la ley establecer que hay que tomar en cuenta los mejores intereses de los acreedores, pero el proceso tiene una serie de pasos que no lo van a hacer muy fácil”.

Villamil vislumbra que, por lo menos, durante un año, o quizás más, vamos a tener de facto una moratorio en algunos de los pago de la deuda de Puerto Rico, como ya está ocurriendo. Y eso tiene unas implicaciones en términos de las perspectivas a futuro de Puerto Rico”.

Explica que el proceso es más complicado de lo que la gente percibe y se pierde de vista que la crisis empezó mucho tiempo antes del 2006, pero no nos dimos cuenta porque emitimos deuda, “que nos ayudó a mantener le bote a flote”; los fondos federales aumentaron y por la existencia de una economía subterránea muy grande, “que también ayudó a mantener el bote a flote”. Esos elementos hicieron pensar que la economía estaba mejor de lo que estaba. Cuando los fondos federales dejaron de crecer y no se pudo emitir más deuda la crisis se hizo evidente.

“Ese largo proceso de desempeño económico pobre, que hace crisis a partir del 2006, no es un problema recesionario. Es realmente un proceso de una destructuración del país. De rompimiento de estructuras”. Todo esto pone de relieve la necesidad de reconstruir la economía.

“PROMESA no es una ley más. Es una nueva manera de gobernar a Puerto Rico con implicaciones que todavía no sabemos cuáles serán. El futuro de Puerto Rico lo tenemos que hacer nosotros no PROMESA”.