Por Luisa García Pelatti
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó en julio un 2.9% interanual, dos décimas por encima del 2.7% de junio, especialmente debido al alza en el precio de la gasolina respecto al año pasado, datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. Es el mayor aumento anual desde 2011.
Los precios subieron 0.5% entre junio y julio, como resultado del encarecimiento de los alimentos y la gasolina.
El IPC terminó el 2020 con una caída de 0.5%, la primera vez que la inflación anual se sitúa en terreno negativo desde 2016. El IPC había aumentado 1.9% en 2017, 1.1% en 2018 y 0.1% en 2019.
Un aumento de la inflación es muy mala noticia para la economía. Un mayor incremento de los precios se traduce en una menor capacidad de compra, lo que merma el crecimiento del consumo.