Por Luisa García Pelatti
La actividad económica se ha reducido por cuarto mes consecutivo. Eso significa un cambio sobre lo que se venía observando desde que empezó el año, cuando se producían alzas y bajas. Se está produciendo un patrón de crecimiento en forma de L, es decir un crecimiento neutro o un estancamiento. Los Indices de Indicadores que elabora el economista Angel Rivera Montañez muestran que la actividad económica se ha reducido en promedio 0.2% en los pasados seis meses, mientras que durante los seis meses previos la caída fue de 0.1%.El Indice de Indicadores Coincidentes reflejó una baja de 0.6% en septiembre cuando se compara con el mes de agosto. Es el cuarto mes consecutivo a la baja y la mayor reducción desde enero de 2015. Cuando se compara con el mes de septiembre del año pasado el Indice disminuyó 1.4%, la novena caída consecutiva en la actividad económica.
Por otro lado, el Indice de Indicadores Adelantados aumentó 0.2% en septiembre, tras mantenerse sin cambios en el mes anterior. En los pasados 11 meses el Indice de Indicadores Adelantados muestra una desaceleración en su tasa de crecimiento. A una tasa anual el Indice aumentó 10.2%.
“La asombrosa diferencia entre el Índice de Indicadores Coincidentes y el Índice de Indicadores Adelantados demuestra que ésta diferencia entre ambos es consecuencia de la severidad de éste desbalance estructural. Nunca antes había ocurrido este fenómeno de manera tan marcada”, explica.
“La incertidumbre fiscal, la que ha ido creciendo en las pasadas semanas, junto a la limitación del Estado en acudir al mercado financiero, comienza a tener mayores efectos sobre la economía real y amenazan a la actividad económica con extender la contracción económica a lo largo del presente año 2015”, advierte Rivera Montañez.
El economista defiende que la manufactura ha sido el sector que ha neutralizado la recesión económica, dando muestra de crecimiento sostenido, pero ahora ese crecimiento empieza a ralentizarse.
Estamos ante lo que se denomina como “shocks de demanda privada”: los cambios en la inversión o el consumo del sector privado causados por cambios en las expectativas sobre el comportamiento de la actividad económica en el corto plazo afectan las decisiones de los agentes económicos en el corto plazo. Por eso Rivera Montañez dice que es urgente contar con un p;an de ajuste fiscal y una reestructuración ordenada de la deuda. Es “la única e inevitable alternativa posible en estos momentos para evitar mayores daños colaterales, aunque ello implique medidas temporales que serán dolorosas pero necesarias para lograr alcanzar nuevamente un estado económico saludable”.