Por redacción de Sin Comillas
Estados Unidos sigue dando muestras de solidez. La economía de Estados Unidos creció a una tasa anual de 3.2% entre enero y marzo, el mayor crecimiento para un primer trimestre en cuatro años. Un aumento en las exportaciones, la caída de las importaciones y mayores inventarios son los responsables del resultado, que supera el incremento de 2.2% registrado en la recta final de 2018 y de 2.5% que calculaban los analistas.
El crecimiento de la economía se produce a pesar del cierre parcial del Gobierno de Donald Trump, que se prolongó hasta bien entrado enero y que paralizó parte de la economía del país. La guerra comercial con China, que se ha traducido en la imposición de millonarios aranceles cruzados, tampoco parece haber afectado a la marcha de la mayor potencia mundial.
Los datos del primer trimestre reflejan la fortaleza del consumo, que supone dos terceras partes del Producto Interno Bruto (PIB) y que también está impulsando al alza los resultados de las grandes empresas.
El dato del crecimiento trimestral es el primero de los tres que facilita el Departamento de Comercio antes de fijar la subida definitiva.
Este dato se anuncia apenas unos días antes de que la Reserva Federal celebre su reunión para fijar los tasas de interés, prevista para el martes y el miércoles de la semana que viene. La Reserva Federal ha anunciado su intención de frenar el proceso de subida de las tasas ante las incertidumbres globales, pero el estancamiento de los precios en Estados Unidos junto con una economía en pleno crecimiento y un nivel de desempleo a la baja y en mínimos históricos pueden hacerle volver a cambiar de opinión.
Las tasas permanecen en un rango de entre 2.25% y 2.5% tras las cuatro subidas aplicadas el año pasado.