Por redacción de Sin Comillas

La economía de China creció sólo 0.8% en el segundo trimestre, lo que significa un frenazo tras una subida de 2.2% en el Producto Bruto Interno (PIB) en el primer trimestre. La esperada reactivación tras el final de los drásticos confinamientos del Covid-19 no se ha producido.

No parece que vaya a cumplirse el objetivo oficial de crecimiento para este año de 5%. China está al borde la deflación, una caída sostenida de los precios.

El estancamiento de la economía china va a tener un impacto en la economía mundial. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo en declaraciones a Bloomberg que “muchas economías de Asia dependen de China para su propio crecimiento”, por lo que la ralentización del gigante regional “va a tener consecuencias”.

Yellen, sin embargo, descartó que vaya a provocar una recesión en Estados Unidos. De hecho, los últimos datos de inflación y de confianza de los consumidores estadounidenses han hecho que las previsiones de recesión en esa economía hayan desaparecido prácticamente.