Por Luisa García Pelatti

Las medidas para hacer frente al COVID han provocado que aumenten los desempleados de larga duración y que haya miles de trabajadores que tienen en empleo, pero no están trabajando. La tasa de participación cayó hasta 39.7%, una de las más bajas registradas.

En diciembre del año pasado, 107,000 personas estaban desempleadas (datos no ajustados estacionalmente), la cifra más alta para un mes de diciembre en tres años. De estos, 38,000 personas, un 35.5% han estado 15 semanas o más sin trabajo, según los datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos.

Por otro lado, en diciembre de 2020, todavía había 28,000 personas clasificadas como con empleo, pero no trabajando. Si estos trabajadores se hubieran clasificado como desempleados, la tasa de desempleo habría estado en 11.2% en diciembre de 2020, en lugar del 9.1% (ajustado estacionalmente). El número de personas con empleo no trabajando llegó a estar en 214,000 en mayo del año pasado.

La tasa de desempleo, que había caído a 8.2% en el 2019, subió a 8.7% en el 2020, según cifras ajustadas.

El efecto del COVID-19 también se observa en las personas fuera del grupo trabajador que quieren trabajar. Este grupo incluye a las personas que quieren un empleo, pero no buscaron trabajo activamente en las ultimas cuatro semanas o no estaban disponibles para aceptar un trabajo, por distintas razones.

En diciembre de 2020, el estimado de personas fuera del grupo trabajador que querían trabajar fue de 50,000 (no ajustado estacionalmente). Este grupo, que potencialmente se puede incorporar al grupo trabajador, era de 89,000 personas en noviembre de 2020. El grupo trabajador había caído a 1,033,000 personas en diciembre, 33,000 personas menos que el año anterior.

En el 2020 se perdieron 56,300 empleos

Tras 10 meses perdiendo empleo, el año 2020 cierra con una caída de 6.4% en el empleo, la mayor en los últimos 30 años. En empleo asalariado cayó hasta 824,500, una cifra sin precedentes en los datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, cuya serie histórica comienza en 1990.

Entre 2019 y 2020 se perdieron 56,300 empleos. El mercado laboral sólo ha logrado recuperar la mitad de los 112,100 empleos que se perdieron en el mes de abril, con la declaración de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento total de la población durante cuatro meses.

El número de personas empleadas en el sector privado disminuyó a 622,100 (datos ajustados estacionalmente), 55,900 personas menos que en 2019, una caída de 8.2%. Es la primera disminución del empleo en el sector privado en los últimos tres años.

El empleo en el Gobierno experimentó sufrió un descenso de 0.2%, hasta 202,400 personas. El empleo en el sector ha estado cayendo en los últimos ocho años.

Por sectores, las mayores pérdidas de empleo fueron en Recreación y Alojamiento, con 17,700 empleos menos que el año anterior, Comercio, Transporte y Utilidades, con 16,500 empleos menos y Servicios Profesionales y Comerciales, con 13,700 menos. El empleo sólo aumentó en la manufactura (300).