Por Luisa García Pelatti
Con las ventas de viviendas en mínimos y sin incentivos del gobierno, los desarrolladores de viviendas deben buscar cómo reducir costos o elegir enfocarse en otros mercados: condominios, alquiler o vivienda de interés social. Pero estos mercados no está exentos de retos, según se desprende de un conversatorio organizado por la Asociación de Constructores de Hogares (ACH).
Las ventas de viviendas han caído a menos de 200 unidades al mes. En abril de este año se vendieron 126, que era lo que se vendía antes en una semana. Las ventas se reducen y los precios aumentan tras el agotamiento de los incentivos del Gobierno.
En enero, el precio promedio de venta era de $190,000. En febrero se acabó el bono de los gastos de cierre, lo que tuvo un impacto directo en los precios de los cierres hipotecarios que se concentraron en el inventario de vivienda más caro. En abril el precio subió a $231,000.
La inversión en construcción está en mínimos. Ha pasado de $2,500 millones en el 2006 a menos de $1,000 millones en el 2011.
Los desarrolladores ya no pueden seguir construyendo lo mismo porque no se vende. La mayoría de las familias no pueden comprar una vivienda sin ayuda del gobierno, porque tienen pocos ahorros y muchas deudas.
La difícil situación fiscal del gobierno hace pensar en que no volverán los incentivos para la compra de viviendas.
Las opciones son construir viviendas a precios más bajos, entrar al mercado de alquiler o enfocarse en desarrollar condominios en centros urbanos.
Cómo bajar los precios
Los desarrolladores de Jardines II, en Arecibo, han diseñado un modelo de casa unifamiliar flexible, que se puede expandir según la familia crece. Reduciendo los costos de construcción y los patios laterales han podido aumentar en 45% el número de casas. Los precios empiezan en $88,000 para la unidades de 2 habitaciones.
Por su parte, Rafael Rojo, ex presidente de la ACH ha logrado reducir el precio de las viviendas de algunos de sus proyectos llegando a acuerdos con los municipios para que reduzcan patentes y arbitrios.
“El 14% de los costos son costos gubernamentales. Lo que significa que el 14% del costo de una casa se queda en el Gobierno”, comentó Rojo.
Las dificultades de construir en los centros urbanos
El gobierno quiere fomentar que se construyan viviendas en zonas urbanas, pero la ley de condominios está obsoleta. “La política pública del Gobierno es repoblar los cascos urbanos, pero todo el marco regulatorio va en contra de esa política públicas. Estamos penalizando a los condominios que tienen que pagar por el recogido de la basura y la iluminación”, señaló Alejandro Brito, presidente de la ACH, que explicó que los municipios ofrecen estos mismos servicios a las urbanizaciones.
Además, los financiamientos que ofrece Rural Development ofrecen una ventaja competitiva a los proyectos que se construyen en la zonas rurales en comparación con los que se desarrollen en cascos urbanos.
La otra opción es la vivienda de alquiler, pero según Brito el mercado es “débil y limitado”. No hay un mercado de renta organizado.
¿Qué opciones quedan?
Para Pedro M. Cardona Roig, miembro de la Junta de Planificación, “lo razonable es concentrar los esfuerzos en proyectos emblemáticos, que se puedan trabajar en concierto por las partes”.
Cardona Roig acepta que los centros urbanos son “sitios muy difíciles” y no se puede generalizar y decir que todas la inversiones debe ir allí. El arquitecto propone considerar áreas como Floral Park y Baldrich, “que presentan una posibilidad para todos”.