Opinión
Por Francisco Montalvo Fiol*
Recientemente, el Centro de Competitividad Mundial del IMD, con base en Suiza, presentó su análisis de la competitividad global de Puerto Rico. El análisis se realizó en coordinación entre el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico, Invest Puerto Rico y la Escuela de Negocios y Empresarismo de UAGM Gurabo. El IMD publica un anuario de competitividad mundial mundialmente reconocido desde el 1989. El objetivo de este informe es evaluar el desempeño de la competitividad de Puerto Rico dentro de los rankings del IMD versus otras 64 economías mundiales. Se busca analizar la medida en que nuestra economía fomenta un entorno en el que los sectores productivos – públicos y privados – pueden generar una creación de valor sostenible y crear un ambiente general de bienestar a largo plazo para sus ciudadanos.
Por definición, la competitividad de un país comprende y establece como el conjunto de instituciones, políticas y factores determinan el nivel de productividad de un país. Esto incluye instituciones fuertes (país de ley y orden), ecosistema favorable a los negocios, alta agilidad y resiliencia, altos niveles de innovación y un sistema educativo eficaz.
En términos generales, el informe coloca a Puerto Rico en el puesto 47 de 65 economías mundiales como un país moderadamente competitivo. El archipiélago boricua se posiciona como la segunda economía más competitiva en la América Latina detrás de Chile y por encima de México, Brasil, Perú y Colombia. En el ranking general, Dinamarca ocupa la primera posición, seguido por Irlanda, Suiza, Singapur, Holanda, Taiwán, Hong Kong y Suecia. Los Estados Unidos y los Emiratos Árabes cierran el listado de primeros diez ocupando la novena y décima posición, respectivamente. Se destaca que muchos de los países más competitivos del mundo son relativamente pequeños en área geográfica y población – o sea, se puede ser pequeño y altamente competitivo globalmente.
En análisis, que mide más de 250 factores individuales que se agrupan alrededor de cuatro áreas principales: desempeño económico, eficiencia gubernamental, eficiencia del sector privado e infraestructura. El mismo se alimenta mayormente de datos duros estadísticos socioeconómicos. También, utiliza la percepción de líderes locales.
En el caso de Puerto Rico, al compararse con otras economías globales, goza de varias fortalezas como el acceso a ingenieros cualificados (las escuelas de ingeniería en Puerto Rico gradúan a más de 2,000 ingenieros anualmente – sobre 15,000 en total en ciencias, tecnología y matemáticas), alta inversión en telecomunicaciones, actitud al riesgo empresarial, prácticas de auditoría y contabilidad, y alta productividad laboral, entre otros factores.
Puerto Rico sufre de retos con su infraestructura energética, costo de energía para la industria, alta burocracia gubernamental, infraestructura de salud, baja estabilidad y previsibilidad de política pública, imagen internacional (branding – no nos conocen como economía competitiva globalmente) y pérdida de talento (brain drain), entre otros factores relevantes.
Una mayor competitividad ayuda a crear mayor productividad y una mejor calidad de productos y servicios. Competitividad no se reduce solo a medidas de producto interno bruto (PIB), ya que las empresas en un país tienen que lidiar con dimensiones políticas, sociales y culturales. El sector público debe apoyar a crear un ambiente caracterizado por infraestructuras e instituciones eficientes y políticas dirigidas a impulsar el desarrollo y sostenibilidad de su ecosistema empresarial. Un país puede considerarse competitivo cuando logra manejar sus recursos y competencias de manera que, además de aumentar su productividad, mejora la calidad de vida de sus ciudadanos. La competitividad es uno de los factores fundamentales para atraer inversiones (locales e internacionales) que generen crecimiento, desarrollo y bienestar para la sociedad.
En un mundo multipolar – caracterizado por alta complejidad y el surgimiento de nuevo polos de desarrollo económicos globales – Puerto Rico debe estar activo, competitivo y ser relevante en el plano global. En este nuevo orden mundial, Puerto Rico no se puede dar el lujo de no decir presente en el nuevo mapa global.
- El autor es analista económico, profesor y asesor gerencial