Por redacción de Sin Comillas

La pandemia del COVID-19 se podría haber evitado y se debe aprender de los errores que provocaron que un brote en un rincón de China se convirtiera en una crisis mundial. Esas son las conclusiones de un panel independiente de expertos internacionales que lleva ocho meses estudiando la expansión del virus, a petición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El informe critica que la actuación de los gobiernos fue lenta, pide liberar las patentes para frenar la expansión del coronavirus y acelerar la vacunación en los países en desarrollo mediante la cesión de dosis y la liberación de patentes.

Al inicio de la pandemia, la advertencia de la comunidad científica de que se nos venía encima una pandemia por un virus respiratorio no recibió la atención adecuada de los países, la declaración de emergencia por parte de la OMS fue tardía y los sistemas de salud no estaban preparados para atender la crisis.

El informe presenta recomendaciones para fortalecer el papel de la OMS, financiar la prevención de nuevas pandemias y reforzar la respuesta multilateral a este tipo de crisis.

Entre finales de diciembre, cuando se detectan las primeras neumonías atípicas en China, y el 30 de enero, el día en que la OMS declaró la alerta mundial, “no hubo la suficiente rapidez”. El panel reconoce que la ciencia fue diligente: el 7 de enero ya había una secuenciación del virus que permitió comenzar a hacer pruebas para detectarlo. Pero el sistema internacional no fue tan ágil.

El principio de esta cadena fue China, donde “la información sobre los casos y sus características no estuvo disponible con la suficiente rapidez”, reza el documento. Luego se asumió que el virus no se transmitía de persona a persona. Los expertos consideran ahora que no debería haber presunción de inocencia para los virus. Creen que hay que asumir que las infecciones respiratorias se pueden contagiar entre humanos hasta que no se demuestre lo contrario, y no al revés. Esto habría cambiado sustancialmente la respuesta en aquellos primeros días, donde todavía hubo cierta relajación y el movimiento de ciudadanos en Wuhan y con el exterior permanecía intacto.

China notifica que el virus puede contagiarse entre personas el 20 de enero. A partir de ahí, a juicio del panel, debería haber llegado una emergencia internacional que todavía se demoró 10 días entre debates en el seno de la OMS. Y, lo que es peor, cuando esta se declaró, “la mayoría de los países no respondieron adecuadamente”, afirman los analistas. “La conclusión es que el sistema de alerta no funciona con la suficiente velocidad cuando se enfrenta a un patógeno respiratorio que se mueve rápidamente, que el Reglamento Sanitario Internacional legalmente vinculante (desde 2005) es un instrumento conservador como está construido actualmente y sirve para restringir en lugar de para facilitar una acción rápida”, añaden.

Muestra de ello es que la declaración de emergencia internacional no significó restricciones concretas. Ni siquiera hubo una recomendación de limitar las comunicaciones con China. “Si se hubieran impuesto restricciones de viaje más rápidamente y de forma más generalizada, se habría frenado enormemente la transmisión de la enfermedad”, han asegurado. Esa lección sirve para estos días: “Lo seguimos viendo hoy, en países muy dependientes del turismo que se han abierto y han terminado con nuevas olas de transmisión”.

Hasta que el número de contagios no creció de forma drástica, los países no tomaron acciones contundentes para frenar el virus. El informe hablan de que la “falta de liderazgo y de coordinación global”, combinadas con las “tensiones geopolíticas y el nacionalismo”, debilitaron el sistema de toma de decisiones multilaterales.

Además, el panel asegura que los sistemas de salud no estaban preparados y que los sanitarios se han visto sometidos a altos grados de estrés e incluso han puesto en peligro sus vidas.

Medidas para evitar próximas pandemias

A largo plazo, los expertos abogan por establecer un consejo mundial sobre amenazas para la salud y que los países adopten una convención marco sobre pandemias en los próximos seis meses.

Otra medida es reforzar la autoridad de la OMS para que pueda publicar información de brotes sin aprobación por parte de terceros y enviar a expertos a investigar a la mayor brevedad posible cuando sea necesario. Hace referencia a las trabas que China impuso a los técnicos internacionales para investigar el brote de forma independiente.

El informe pide, además, inversiones, tanto en la preparación de los países como en los fondos que recibe la OMS. Recomienda crear un mecanismo internacional de financiación frente a pandemias, que tendría la capacidad de movilizar contribuciones a largo plazo (10-15 años) de entre $5,000 millones y $10,000 millones al año para financiar la capacidad de respuesta continua.

Por último, el panel propone a los jefes de Estado adoptar en una cumbre mundial una declaración política bajo los auspicios de la Asamblea General de la ONU para comprometerse con estas reformas transformadoras.

Las consecuencias de la pandemia

Más de 148 millones de personas se han contagiado de COVID-19 y más de 3 millones de personas han fallecido en 223 países hasta el 28 de abril.  Al menos 17,000 sanitarios murieron a causa del coronavirus durante el primer año de la pandemia.

La pandemia ha provocado la mayor caída de la economía mundial desde la II Guerra Mundial y la mayor contracción simultánea de las economías nacionales desde la Gran Depresión de 1930-1932.

En su punto más alto en 2020, el 90% de los estudiantes no pudieron asistir a la escuela. Unos 10 millones más de niñas corren el riesgo de contraer matrimonio precoz a causa de la pandemia. La demanda de servicios de apoyo a la violencia de género se ha quintuplicado. Entre 115 millones de personas y 125 millones han caído en la pobreza extrema.