Por redacción de Sin Comillas
La Casa Blanca podría regresar a la mesa de negociaciones con una nueva propuesta de un estímulo económico para hacer frente al COVID-19.
La semana pasada Donald Trump había presentado un paquete de $1.6 billones ($1.6 trillion en inglés), al día siguiente había dicho que no lo presentaría hasta después de las elecciones. Luego se desdijo y habló de que presentaría un plan de estímulo pero limitado al rescate de las aerolíneas y al envío de cheques a los ciudadanos para terminar la semana manifestando que quiere un paquete de estímulo de $1.8 billones, $200,000 millones por encima de la propuesta inicial, pero todavía por debajo de la propuesta de los demócratas: $2.2 billones ($2.2 trillion en inglés). Es probable que en el momento en el que usted lea esto, Trump haya vuelto a cambiar de idea.
Estados Unidos aprobó un paquete de estímulo de $3.5 billones ($3.5 trillion) en mayo, que incluía el envío de cheques del Tesoro de $1,200 a los ciudadanos.
Lo que no está claro es si el Senado de Estados Unidos llegará a aprobar este nuevo paquete de estímulos económicos antes de las elecciones. Mitch McConnell (Republicano, Kentucky), líder de la mayoría, ha manifestado que la prioridad del Senado es la confirmación de Amy Coney Barrett como jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, pedía la semana pasada más apoyo económico para las familias y los negocios afectados por la pandemia y advertía que dar poca ayuda sería peor que dar demasiada.
En marzo, el Gobierno federal aprobó un plan de estímulo económico (“Coronavirus Relief Fund”) de más de $2 billones ($2 trillion en inglés) mediante la ley conocida como Coronavirus Aid, Relief, and Economic Security (“CARES Act”). De estos, se asignaron a Puerto Rico $2,200 millones asignados al gobierno de Puerto Rico.