Por Redacción de Sin Comillas
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“La economía de Puerto Rico mantiene su dinamismo, a pesar de todos los problemas que ha enfrentado. No obstante, comienza a observarse que pierde momentum, con unas perspectivas de una desaceleración en las tasas de crecimiento en la actividad económica”, señala el economista Ángel Rivera Montañez.
Rivera Montañez, que ha elaborado para la economía de Puerto Rico un Índice de Indicadores Coincidentes (IIC) y un Índice de Indicadores Adelantados (IIA), apunta que, a pesar de la desaceleración, “aún no hay evidencia contundente de una pronunciada caída en la actividad económica que desemboque en una recesión para la primera mitad del 2025”.
Los datos más recientes del IIC, correspondientes al mes de noviembre, muestran que la actividad económica aumentó por segundo mes consecutivo con relación al mes anterior. El IIC se situó en 112.0 puntos, un alza de 0.2% con relación al mes anterior.
A una tasa anual, la actividad económica en noviembre de 2024 registró un alza de 0.5% con relación al mismo mes del año anterior. En los primeros 11 meses del 2024 el IIC creció 2.0%.
Usando el IIC para proyectar la tasa de crecimiento de la economía de Puerto Rico, el Producto Nacional Bruto (PNB) se estima habría crecido 3.1% en el año fiscal 2024 y aumentará 1.3% en el 2025.
Por su parte, el Índice de Indicadores Adelantados (IIA) continúa mostrando señales de desaceleración en la actividad económica, con tasas de crecimiento moderadas, “a pesar de que el mercado laboral se mantiene dinámico y los consumidores mantienen un ritmo de gastos adecuado, aún con los prevalecientes altos niveles de precios. Las reclamaciones iniciales por desempleo se han mantenido contenidas y la oferta monetaria se mantienen alta”, explica el economista, que es consultor de la firma Stratsol Inc.
Rivera Montañez destaca que el dinamismo en la producción industrial ha perdido velocidad; se han reducido las horas trabajadas en las líneas de producción; el Índice de Gerentes de Compras y las nuevas órdenes de maquinaria industrial, mientras que los precios de la energía se han mantenido estables a pesar de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente.
El valor del IIA en noviembre de 2024 no registró cambio con relación al mes anterior. Cuando se compara con el mes de noviembre del año pasado, el IIA aumentó 0.3%, el segundo aumento consecutivo tras 32 meses a la baja.
Un análisis preliminar sobre la probabilidad de recesión, confirma que la actividad económica en Puerto Rico pierde momentum, pero no se encamina a una recesión. Los riesgos inmediatos son la posibilidad de una disminución en el ritmo del gasto público y privado (menos fondos federales para la reconstrucción y la pandemia, o recortes en el flujo de fondos federales), un relajamiento en la oferta monetaria, altas tasas de intereses, incertidumbre por el proceso político y geopolítico a nivel global, un alza general en los precios, y mayor cautela en el nivel de gastos de consumo personal, entre otros factores.
“Los índices números compuestos son poderosos indicadores para medir el estado económico y poder predecir los puntos de inflexión en la actividad económica. La creación de los Índices de Indicadores Coincidentes y Adelantados de Puerto Rico contribuyen al análisis de los ciclos económicos, sus causas, los efectos sobre el crecimiento y el desarrollo económico, y las posibilidades de alterar el curso de acción de las políticas públicas y económicas. Además, el Índice de Indicadores Adelantados (IIA) ha sido efectivo en medir los cambios en la actividad económica antes de que ocurran tales eventos, es decir, en la entrada y la salida de los distintos ciclos económicos experimentados en Puerto Rico a partir de la década de los 1970″, explica Rivera Montañez, que trabajó durante más de 30 años en la Junta de Planificación y en el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC).
Los datos del IIC y el IIA confirman que la economía de Puerto Rico sufre un desbalance estructural desde la recesión de 2006 y eventual depresión económica. El IIA también demostró que la economía de Puerto Rico no ha respondido como antes a los tradicionales estímulos económicos y que la economía de Puerto Rico y Estados Unidos se ha vuelto, en parte, asimétrica “debido al desbalance estructural, que comienza a reajustarse tras los arreglos de la deuda pública y los necesarios y obligados cambios en las operaciones fiscales”.