El pueblo de Islandia volvió a dejar claro este fin de semana que no piensa dar su brazo a torcer y menos aún cuando se trata de pagar con el dinero de todos los errores cometidos por los bancos. Esta es la conclusión que se desprende del resultado del referéndum de este sábado, en el que, contra todo pronóstico, un 60% de los votantes rechazó devolver la deuda que el Landsbanki, el segundo banco de la isla, contrajo a través de su división on line, Icesave, con más de 300,000 clientes británicos y holandeses tras su quiebra en octubre de 2008.
Los ciudadanos de la isla, que a duras penas supera los 330,000 habitantes, ya demostraron su espíritu revolucionario cuando en enero de 2009 forzaron la dimisión del entonces primer ministro, el conservador Geir Haarde. Más tarde, el propio Haarde sería llevado ante los tribunales por su responsabilidad ante la crisis económica, convirtiéndose en el primer país en tomar una iniciativa de este tipo desde que empezó la debacle financiera.
El resultado del referendum deja en entredicho las aspiraciones del país nórdico de ingresar en la Unión Europea
Tras el rechazo por parte del pueblo islandés de las negociaciones, Londres y La Haya no dudarán ahora en llevar al país nórdico ante la justicia para conseguir que éste les devuelva la deuda que Landsbanki, contrajo tras su quiebra.
En medio de la crisis financiera, numerosos ahorradores británicos y holandeses decidieron depositar su capital en el Icesave, la división en internet del Landsbanki, atraídos por los altos intereses que ofrecía. Sin embargo, cuando la entidad entró en bancarrota a finales del 2008, sus gobiernos tuvieron que adelantarles el dinero perdido, que ahora exigen que Islandia les devuelva.