Por Luisa García Pelatti

Los datos de enero muestran que el empleo se sigue recuperando lentamente del desplome sufrido al inicio de la pandemia. El empleo asalariado no agrícola ascendió a 846,200 (datos ajustados estacionalmente), en enero, 8,900 empleos más que en diciembre y la cifra más alta desde marzo. Sin embargo, el empleo de enero está 4.0% por debajo del mismo mes del año pasado.

De los 117,100 empleos perdidos entre marzo y abril de 2020, se han recuperado unos 81,000, un 69%.

El número de personas empleadas en el sector privado disminuyó de 683,100 en enero de 2020 a 650,300 este año, una caída de 4.8%.

El empleo en el Gobierno experimentó una caída de 2.9% hasta 195,900 personas. El empleo en el sector ha estado cayendo en los últimos ocho años.

La tasa de desempleo (ajustada estacionalmente) se situó en 9.3%, la más alta desde mayo de 2018.

Por sectores, las mayores pérdidas de empleo fueron en Recreación y Alojamiento, con 9,200 empleos menos que en enero del año pasado; Servicios Educativos y de Salud (-9,000); Comercio, Transporte y Utilidades (-5,000) y Servicios Profesionales y Comerciales (-4,300). El empleo sólo aumentó en la manufactura (1,000).

La crisis del COVID ha provocado un aumento en los desempleados de larga duración. De las 98,000 personas desempleadas en enero, 42% (unas 41,000 personas) han estado 15 semanas o más sin trabajo. En enero del año pasado eran 23,000 los desempleados de larga duración.

Por otro lado, disminuye el número de personas que tenían un empleo, pero no están trabajando. En enero había 30,000 personas en esta situación. El número de personas con empleo no trabajando llegó a estar en 217,000 en mayo del año pasado. La tasa de desempleo aumentaría hasta 10.1% si se incluyera a este grupo.

El efecto del COVID-19 también se observa en las personas fuera del grupo trabajador que quieren trabajar. Este grupo incluye a las personas que quieren un empleo, pero no buscaron trabajo activamente en las últimas cuatro semanas o no estaban disponibles para aceptar un trabajo, por distintas razones.

En enero de 2021, el estimado de personas fuera del grupo trabajador que querían trabajar fue de 66,000 (no ajustado estacionalmente). Este grupo, que potencialmente se puede incorporar al grupo trabajador, era de 51,000 en diciembre y 89,000 en noviembre de 2020.

El año 2020 cerró con una caída de 6.4% en el empleo, la mayor en los últimos 30 años. En empleo asalariado cayó hasta 824,500, una cifra sin precedentes en los datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, cuya serie histórica comienza en 1990.