Por Luisa García Pelatti

El congresista Luis Gutiérrez retó a la Junta de Control Fiscal a celebrar reuniones lo más transparentes posibles, a dar información a los puertorriqueños en español y a no aceptar regalos, a pesar de que la ley bajo la que se rigen, aprobada por el Congreso de Estados Unidos, lo permita.

Gutiérrez hizo estas declaraciones en el Congreso, el pasado 7 de septiembre, para que “el Congreso no se olvide de Puerto Rico”, dijo. “No se reúnan en secreto solo porque el Congreso lo permite”. También señaló que es importante que los puertorriqueños sepan con quién se reúnen los miembros de la Junta de Control Fiscal, quién tratan de influir en ellos y quién los invita “a cenar caras y les da regalos, aunque lo permita la ley”.

Cree que deben celebrarse reuniones en Puerto Rico y el contenido de esas reuniones debe traducirse a español. Deben explicar qué decisiones toman, cómo se toman, por qué se toman y que significan para los puertorriqueños.

“No voy a dejar que el Congreso se olvide de Puerto Rico y que se legisle en secreto sobre Puerto Rico”, comentó Gutiérrez, que se refirió a la Junta de Control Fiscal como una junta no electa por los puertorriqueños, sin mecanismo de control, ni compromisos de transparencia ni bilingüismo. Cuyos miembros tienen cuestionables conflictos de interés, con lazos políticos y con Wall Street, “muy cercanos a los bonistas” que “no me dan confianza”. “El hecho de que algunos de los miembros de la Junta sean puertorriqueños no me hacen ser más optimista”.

A los siete miembros de la Junta les lanzó una advertencia: “no se reúnan en secreto y no reciban regalos”.