Por Luisa García Pelatti
Sin tiempo material para lograrlo –deben entregar un Plan Fiscal revisado el sábado a las 9 de la mañana–, el gobernador Ricardo Rosselló cree que debe haber una reunión entre el Gobierno, la Junta de Control Fiscal y sus asesores para discutir la “diferencias” que salen a relucir en la más reciente comunicación enviada por la Junta.
Ante el auge en el uso de la comunicación epistolar, Rosselló apuesta por discutir el asunto cara a cara. “Vamos a sentarnos y si hay algo que corregir, y es demostrable, estaríamos dispuestos a corregirlo”, señaló el Gobernador a la salida de su participación en una conferencia organizada por la grupo Bonistas del Patio. “Esto no debe ser una batalla”, añadió.
Dice que no es aceptable que se sustituya el plan por otro, por otra política pública. “Eso sí levantaría serios cuestionamientos sobre todo este proceso”.
Rosselló se mostró preocupado porque se tomen decisiones con datos que no están muy claros y con metodología “sospechosa”. “Espero que podamos mantener el espíritu de Promesa”, que la junta identifique la magnitud del problema y que el Gobierno ponga las medidas en vigor. “Y espero que las medidas sean razonables”.
El Gobernador defendió los datos de liquidez contenidos en el Plan Fiscal y aseguró que las medidas tomadas son suficientes. Cree que es un error decir que en el tercer y cuarto trimestre el Gobierno se va a quedar sin dinero y que eso justifica una reducción en la jornada laboral. “No se justifica y tenemos los datos para demostrarlo”.
“Les exhorto a tener una conversación técnica. Conozco el tema. He trabajado el plan personalmente. Vamos a discutirlo”, propuso.