Por Luisa García Pelatti
La disminución del precio del petróleo puede impulsar el gasto de los consumidores –que reducen su gasto en gasolina y electricidad y tendrán más dinero en el bolsillo– pero eso sólo no es suficiente para lograr un crecimiento económico robusto, advierte Heidie Calero, presidenta de H. Calero Consulting.
En “Economic Pulse”, una de las publicaciones de la firma, Calero explica que el crecimiento económico en Puerto Rico seguirá siendo negativo a menos el precio del petróleo baje a $60 el barril, asumiendo un crecimiento positivo de la economía de Estados Unidos.
Para que la economía de la Isla crezca 1%, la economía de Estados Unidos debe crecer entre 2% y 4% y el precio del crudo debe bajar a $50 el barril.
“Puerto Rico no puede simplemente subirse a la ola de petróleo barato y esperar un crecimiento rápido. Nuestra dependencia del petróleo para gasolina y electricidad requiere enormes cantidades de petróleo y
tiene impactos negativos cuando los precios del petróleo fluctúan rápidamente”, explica la economista.
La caída del precio del petróleo ayudará a amortiguar el aumento del arbitrio del petróleo, pero a largo plazo, el arbitrio provocará un aumento en los precios ocasionado que el mercado sea menos competitivo.
Por otro lado, si el petróleo se mantiene alrededor de $60 el barril el costo de electricidad puede reducirse 20% a situarse en $0.20/kWh, el nivel donde estaba en el 2008. A $100 el barril, el costo de la electricidad era de $0.25/kWh.
Calero estima que el aumento en el arbitrio al petróleo podría provocar un alza de 5% en el precio de la gasolina, pero como el precio bajó 7%,sólo en noviembre, el efecto neto es una reducción de 2% en el precio de la gasolina.
“Ahora es el momento de utilizar precios más bajos para hacer grandes cambios, sobre todo en la generación de energía. Por ahora, el petróleo más barato es claramente positivo para Puerto Rico”, dice Calero, que señala que se necesitan “reformas significativas” antes de que los precios vuelvan a subir otra vez.