Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. (Foto: FMI)

Por redacción de Sin Comillas

La economía mundial ha entrado en una fase de “desaceleración sincronizada” como consecuencia de la paralización del comercio a raíz de las tensiones comerciales, ha advertido la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economista búlgara Kristalina Georgieva.

El organismo internacional alerta que el crecimiento mundial caerá este año a su tasa más baja desde principios de la década.

La semana que viene el FMI dará a conocer la próxima semana sus nuevas perspectivas económicas, anticipando que estas mostrarán revisiones a la baja para 2019 y 2020.

La desaceleración se debe a la guerra comercial, cuyo impacto acumulado en la economía mundial podría suponer la pérdida de $700,000 millones en 2020, estima el FMI, lo que representa alrededor del 0.8% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. “Esto es aproximadamente el tamaño de toda la economía de Suiza”, explicó.

En su primer discurso al frente del FMI, Georgieva ha destacado que actualmente se espera una ralentización del crecimiento en nueve de cada 10 países. Habló de una “desaceleración sincronizada” en contraposición al “auge sincronizado” de hace dos años, cuando el 75% de la economía mundial se expandía.

El crecimiento del comercio mundial “prácticamente se ha paralizado” como consecuencia de las tensiones comerciales, lo que ha provocado el deterioro sustancial de las manufacturas y la inversión, con el riesgo de que servicios y consumo también acaben viéndose afectados. La directora del FMI considera que, aún cuando la economía repunte en 2020, las grietas actuales podrían provocar cambios que duren toda una generación, incluyendo la rotura de cadenas de suministro, la compartimentación de sectores comerciales y un “muro de Berlín digital” que fuerce a los países a elegir entre sistemas tecnológicos.

Georgieva ha dejado claro que las políticas monetaria y financiera no serán suficientes y será necesario poner en vigor políticas fiscales aprovechando las bajas tasas de interés. “Si la desaceleración de la economía mundial es más pronunciada de lo que se prevé, puede ser necesaria una respuesta fiscal coordinada”, ha recomendado Georgieva.