Por Luisa García Pelatti
El fin del proceso de reestructuración de la deuda del gobierno, la llegada de ayudas para la recuperación de desastres naturales y de la pandemia del COVID, el sólido desempeño del sector turístico y la desaceleración de las tendencias de emigración son los aspectos positivos de la economía de Puerto Rico que destaca Fitch Ratings, la agencia calificadora de deuda.
La agencia habla de “vientos de cola a corto plazo” de la economía durante dos informes. En uno anuncia que mantiene en “BB” y “B” la clasificación de emisor a largo plazo y corto plazo, respectivamente, de First BanCorp (NYSA:FBP). La perspectiva cambia de estable a positiva.
Y en otro, mantiene en “BBB” y”F3″ las calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) de largo y corto plazo, respectivamente, de Popular Inc. (BPOP) y sus subsidiarias. La perspectiva es estable.
La agencia destaca que el perfil financiero de FBP ha demostrado resiliencia durante el prolongado período de contracción económica de la isla, la crisis de la deuda del gobierno local, las graves pérdidas por huracanes y la emigración. A pesar de su fuerte posición en el mercado, como la segunda mayor entidad bancaria, las calificaciones siguen estando restringidas por el entorno operativo local en Puerto Rico.
Respecto a Popular, la calificación refleja la posición del banco como líder del mercado, así como su base de depósitos granular y estable. “Los vientos en contra persistentes relacionados con el entorno operativo de Puerto Rico se han estabilizado, a pesar de los desafíos demográficos y fiscales a largo plazo no resueltos”. Popular cuenta con el 63% de los depósitos.
“Si bien la ayuda federal continuará teniendo un efecto positivo en la economía de la Isla durante el horizonte de calificación, es probable que las condiciones operativas a largo plazo se mantengan considerablemente menos estables que en los Estados Unidos continentales”, señala Fitch.
Fitch anticipa un deterioro en las carteras de préstamos comerciales y de consumo en la banca local hasta la segunda mitad de 2023. Sin embargo, no anticipa que el deterioro crediticio supere los niveles anteriores a COVID, ya que la ayuda federal y una industria turística en recuperación, debería compensar las presiones relacionadas con el aumento en las tasas de interés.