Por redacción de Sin Comillas
Toro Negro es uno de los bosques, reservas naturales y refugios de vida silvestre que se beneficiarán de unos $16 millones en asignaciones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). La adjudicación busca reparar los daños causados por el huracán María en estos espacios para el disfrute de sus visitantes.
El Bosque Estatal Toro Negro, ubicado en unas 8,000 cuerdas de terreno entre el centro y sur de Puerto Rico, cuenta con veredas, piscinas naturales, embalses y espacios para acampar. El bosque cuenta con la montaña más alta de la isla: el Cerro Punta y recibe 250 visitantes los fines de semana.
Las fuertes corrientes por las lluvias del huracán aceleraron la erosión en áreas de la vereda y destruyeron parte de las instalaciones. Con la asignación de unos $138,600, se podrán reparar sus once millas de veredas, las áreas de la piscina natural, los gazebos, las oficinas, las residencias de acampar y el almacén, entre otros espacios.
Otro lugar emblemático que se beneficiará con una asignación de $295,000 es la Reserva Natural de La Parguera en el municipio de Lajas. La función de la reserva es proteger los manglares y arrecifes de coral; los cayos Caracoles, Enrique y Mata la Gata; así como la famosa Playa Rosada.
La reserva sigue abierta al público y cuenta con la visita de unos 1,000 turistas al mes. Las mejoras comenzarán en junio de este año y se completarán para marzo del 2023, lo que proyecta aumentará la llegada de más turistas a la zona en un 30% a 40%.
La Reserva Natural de La Parguera recibe a científicos locales e internacionales que llevan a cabo diferentes investigaciones sobre la flora, la fauna y el ecosistema de la reserva. Además, sirve como laboratorio de investigación para diferentes universidades y entidades en Puerto Rico.
Una de las investigaciones que realiza el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico allí busca caracterizar algunos arrecifes llanos en La Parguera, obtener datos y compararlos con los arrecifes que experimentan la pérdida de tejido de coral (SCTLD, por sus siglas en inglés). Mediante la investigación, se harán monitoreos en el fondo marino, en los que se describirá con detalle la biodiversidad y otros factores ecológicos pertinentes de la zona.