Cohete 2

Por redacción de Sin Comillas

Un grupo de cinco estudiantes de ingeniería mecánica de la Universidad Politécnica (UPPR) desarrollaron el primer cohete de alta potencia a nivel universitario en la Isla. De esta forma los estudiantes lograron diseñar, construir y lanzar con éxito el pasado 5 de marzo su cohete, el Guanín I, en el área de Salinas.

El grupo gestor del cohete estuvo compuesto por los estudiantes Carlos Lebrón, Pedro Lebrón, Jesús Lugo, Iviarys Ocasio y William Reyes, todos estudiantes de último año en ingeniería mecánica de la Universidad Politécnica de Puerto Rico, y apasionados por el área aeroespacial y el desarrollo de la misma en la Isla.

Bajo el nombre de “Team Guanín” los estudiantes fueron guiados por la mentoría de Gary Dahlke, experto en cohetes y certificado nivel 3 por la “National Association of Rocketry”, y el Dr. Héctor Rodríguez, director y profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica de la UPPR. El proyecto se realizó gracias al apoyo de la compañía Honeywell Aerospace Puerto Rico a través de su director Alfredo Cárdenas.

La ejecución de este trabajo fue parte de un Capstone o proyecto de diseño final que preparan los estudiantes de la UPPR que están por culminar sus estudios en un grado de ingeniería. “En este curso los estudiantes de ingeniería mecánica desarrollan proyectos utilizando una metodología de sistemas de ingeniería muy similar a la que utiliza NASA en el desarrollo de sus proyectos aeroespaciales. En este proceso, los estudiantes comienzan con la definición de los requisitos de ingeniería del proyecto para luego trabajar con el diseño del mismo. A lo largo del proceso, los estudiantes presentan informes técnicos de progreso donde siguen un riguroso plan de ejecución y presupuesto, entre otros requisitos. El proceso culmina con la fabricación y prueba de un prototipo donde los estudiantes validan su diseño”, explicó el Dr. Rodríguez.

El Guanín I tiene un largo de unos 7.3 pies y un peso de 21.5 libras. El cohete logró con éxito alcanzar una altura máxima de unos 3,827 pies y una velocidad máxima de 323 millas por hora para luego recuperarse prácticamente intacto gracias al sistema de paracaídas que permitió que el mismo aterrizara sin daños estructurales. El cohete incorporó también sistemas avanzados de navegación y recopilación de datos atmosféricos así como una cámara de video que documentó toda la travesía.

“En momentos donde Puerto Rico desea desarrollar la industria aeroespacial, en la Universidad Politécnica confirmamos que el recurso humano se está preparando al más alto nivel de educación y experiencia, poniendo en práctica real todo que se aprende en el salón de clase. Definitivamente contaremos con los futuros profesionales que esta industria demandará ”, añadió Rodríguez.