Opinión

Por Enrique Vázquez Quintana*

El Centro Médico de Puerto Rico fue inaugurado en el 1962 con la intención de proveerle servicios ancilares a los hospitales que existían en su periferia. Se brindaban servicios de emergencia, radiología, patología, salas de operaciones, laboratorio, vigilancia, lavandería y otros. Desde su comienzo no se le asignó un presupuesto. Los hospitales se suponía que proyectaran en sus presupuestos lo que comprarían al Centro Médico. El Centro Médico facturaba a los hospitales y éstos objetaban las facturas y terminaban pagando menos. Con el agravante que el Hospital Universitario y el Hospital Pediátrico pertenecen también al Departamento de Salud. Esos dos hospitales no pagan por lo que desde el principio el Centro Médico ha estado acumulando déficits presupuestarios que necesitan asignaciones millonarias por parte del gobierno central para cumplir con sus compromisos. Como resultado de esos problemas económicos en el 1978 se le cambió el nombre a Administración de Servicios Médicos, como si en el nombre residiera el problema. Los problemas económicos siguen igual en ASEM. Tanto el Centro Médico como ASEM se supone que brindaran servicios terciarios a toda la población del país y que sirviera como taller de enseñanza para los estudiantes de medicina y disciplinas asociadas y para el adiestramiento de residentes en diferentes especialidades médicas. El sistema de salud estaba basado en el sistema de regionalización que estableció el doctor Guillermo Arbona. Los servicios médicos los proveía gratuitamente el gobierno de Puerto Rico. El secretario de salud asignaba presupuestos para las distintas regiones médicas.

Al iniciarse la Reforma de Salud en septiembre de 1994 se transfirió a compañías de salud con fines de lucro la prestación de los servicios de salud para los pobres. En el mismo ASEM predomina el lucro de las compañías aseguradoras y hasta de la ACAA, una entidad del propio gobierno. La ACAA le paga a ASEM por capitación y la ASEM gasta más en los pacientes traumatizados por accidentes de autos que lo que paga la ACAA. La única institución que acepta pacientes de la ACAA es ASEM, los hospitales privados no la aceptan pues no le pagan.

Los servicios que brindaba ASEM a los hospitales afiliados eran muy costosos lo que condujo a que los hospitales se independizaran creando sus propios laboratorios, intensivos, salas de operaciones, servicios de emergencia y radiología. Los residentes en adiestramiento del RCM y su facultad son los que proveen los servicios médicos en ASEM incluyendo los servicios únicos del Hospital de Trauma.

ASEM ha acumulado una deuda millonaria con el RCM. Existen varios programas de residencias que son únicas en Puerto Rico, neurocirugía es una de ellas y se perdió su acreditación en junio de 2021. La primera deficiencia señalada por la agencia acreditadora (ACGME, Accreditation Council for Graduate Medical Education) indica que el RCM no tiene participación activa en la solución de los problemas que confronta el taller clínico donde se envían los residentes de neurocirugía. Eso fue precisamente lo que me advirtieron cuando se iba a crear el Servicio de Trauma en el Centro Médico en el 1989. Un amigo cirujano miembro del ACGME me indicó que si yo no tenía control de ese servicio se podía perder la acreditación de la residencia de Cirugía General que yo dirigía. Tardó 32 años para que la historia tomara su curso. El ACGME acredita programas afiliados y controlados por las escuelas de medicina, que es donde está el saber. Los norteamericanos no entienden el concepto que ahora es arcaico de ASEM o Centro Médico. Es por eso que ASEM debe pasar a ser el Centro Médico del RCM.

  • El autor es doctor en medicina y fue presidente del Colegio Médicos de Puerto Rico