Por Redacción de Sin Comillas

Las mujeres siguen ganando menos que los hombres y su tasa de participación laboral es aún muy baja. La igualdad está todavía lejos. Los datos muestras que se ha producido un retroceso en algunos de los indicadores en la última década.

Según el Índice de Techo de Cristal, que elabora The Economist para los 29 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la situación de la mujer está hoy peor que en 2016.

El Índice mide el papel y la influencia de las mujeres en la fuerza laboral. Se centra en aspectos como la brecha salarial de género, licencia por paternidad, el costo del cuidado de los hijos, el nivel educativo y la representación en cargos directivos y políticos, entre otros.

Las condiciones laborales no son las mismas en todos sitios. Los países nórdicos son los que obtienen mejor puntuación en este Índice, con Suecia, Islandia y Finlandia a la cabeza. Japón, Corea del Sur y Turquía, donde las mujeres aún deben elegir entre tener una familia o una carrera, ocupan los últimos lugares. Reino Unido, Nueva Zelanda y España son los países que más han mejorado, escalando ocho, seis y cinco puestos, respectivamente.

Pero incluso Suecia, que sube del segundo al primer lugar, tiene margen de mejora: las suecas ganan un 7.3% menos que los hombres, a pesar de tener una mejor educación (15.2 puntos más), y sólo tres de cada siete puestos directivos están ocupados por una mujer. Es el país mejor situado en este tema.

Las mujeres ganaban en 2024 un salario mediano que estaba 11.4% por debajo del de los hombres. La brecha se ha ido cerrado, pero a pasos desesperadamente lentos. Hace 10 años, la diferencia salarial era de 14.6%.

La brecha salarial es menor en Bélgica (1.1% menos que los hombres). En Estados Unidos es de 16.4% y en Corea del Sur las mujeres ganan un 29.3% menos que los hombres. En algunos países esa brecha ha ido aumentando, como en Australia y Japón.

En general, en la mayoría de los países, las mujeres que se gradúan de la universidad superan a los hombres. Sin embargo, la participación de las mujeres en la fuerza laboral es menor, 66.6% frente al 81% de los hombres. La tasa es de más de 82% en Islandia y Suecia, y sólo 58% en Italia. La tasa más baja está en Turquía, que está 37.3 puntos por debajo de la de los hombres.

Sólo un 33.0% de los puestos directivos en los países de la OCDE está ocupado por una mujer. En el 2016 este porcentaje era de 37.1%. Los primeros puestos en este indicador son para Suecia (43.7%), Estados Unidos (42.9%) y Polonia (42.5%). En Turquía la cifra es de 13.8%, 14.6% en Japón y 16.3% en Corea del Sur.

Formar una familia puede dificultar que muchas mujeres permanezcan en la fuerza laboral. Necesitan una generosa licencia de maternidad y un cuidado infantil asequible. La duración de la licencia de maternidad remunerada varía ampliamente. Hungría es el país más generoso en su licencia por maternidad (78.9 semanas pagadas), mientras que Irlanda pagan sólo 7.4 semanas. Estados Unidos sigue siendo el único país rico donde el gobierno no exige a los empleadores que ofrezcan a las madres una cantidad mínima de licencia.

La licencia para los padres también es importante porque ayuda a dividir la carga del cuidado de los hijos. Para alentar a más mujeres a ingresar a la fuerza laboral, Japón y Corea del Sur han promulgado las políticas de licencia de paternidad más generosas de la OCDE (con 31.1 y 29.2 semanas, respectivamente), aunque pocos padres eligen quedarse en casa.

Las italianas tienen guarderías gratuitas y las alemanas gastan en centros de cuidado para niños sólo el 1% de su salario, mientras que en Estados Unidos gastan el 32% del salario. Sólo Nueva Zelanda (37%) y Suiza (49%) superan a Estados Unidos. Las madres suizas tienen que gastar la mitad de sus ingresos en cuidado de sus hijos.