Por redacción de Sin Comillas

El precio del petróleo cayó ayer hasta rozar los $80, unas cifras que no se veían desde el 10 de enero, cuando la invasión de Ucrania todavía no había empezado.

Este descenso es parte de una tendencia general a la baja desde junio y se debe fundamentalmente a la caída de la demanda global por la subida de precios, el incremento de las tasas de interés y las restricciones por COVID en China.

El próximo fin de semana se reúne la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios (el cártel conocido como la OPEP+) y deberá decidir entre tres opciones: 1) mantener su producción intacta, que podría ser insuficiente para evitar la caída de los precios, ante una demanda languideciente; 2) reducir la producción o 3) aumentar la producción de crudo para reducir los precios.

Nadie dentro de la OPEP quiere que se rompa el pacto con Moscú, algo que probablemente pasaría si los países del golfo Pérsico aprovecharan la debilidad de las exportaciones rusas para llenar el hueco del mercado, y que los países fuera del cártel están teniendo problemas para impulsar su producción.