Por redacción de Sin Comillas
El precio del barril de petróleo Brent (el de referencia en Europa) se disparó hasta los $123 debido a la decisión de la Unión Europea de prohibir la compra de petróleo ruso por vía marítima y a las dificultades para encontrar nuevos proveedores. Por otro lado, el fin del confinamiento en China y el secuestro de los dos petroleros griegos en Irán son factores que ayudarán a mantener altos los precios.
El embargo europeo supondrá la disminución de cerca de 2 millones de barriles de petróleo diarios a Europa, lo que generará un enorme desequilibrio entre oferta y demanda, especialmente en Europa, que puede provocar fuertes subidas de precios, desabastecimiento y una desaceleración del crecimiento económico.
En cambio, el precio del West Texas, el de referencia en Estados Unidos, cayó a $114.93. La diferencia de precio entre el Brent y el West Texas es algo que ha causado sorpresa y significa que los mercados consideran muy probable que haya problemas de suministro que se notarán con más intensidad en Europa que en Estados Unidos.
En Puerto Rico, la gasolina se vende a entre $1.26 y $1.30 el litro, según los datos más recientes del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), que ha congelado los márgenes de ganancias de las compañías detallistas de gasolina para evitar obtengan beneficios extraordinarios durante este periodo de precios altos.
Podría escasear el combustible en el verano
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte que la actual crisis energética puede ser mayor que la que tuvo lugar en los años 70, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidieron embargar las exportaciones a los países que apoyaban an Israel en la guerra de Yom Kipur. “En aquella época se trataba sólo del petróleo”, señaló Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. Ahora el mundo se enfrenta a una crisis simultánea que afecta al crudo, al gas y la electricidad.
“Cuando la temporada principal de verano empiece en Europa y Estados Unidos, la demanda de combustible crecerá. Y entonces podría haber cuellos de botella, por ejemplo con el diésel, la gasolina o el queroseno, especialmente en Europa”, ha advertido Birol en una entrevista a la revista alemana Der Spiegel.