Por redacción de Sin Comillas
Desde que comenzó la pandemia, los solicitantes de los beneficios del programa tradicional de seguro de desempleo han recibido más de $7,000 millones y las reclamaciones de la “Compensación Federal por Desempleo Pandémico” (PUA, por sus siglas en inglés), dirigida a los trabajadores que no están cubiertos por el programa tradicional de beneficios de desempleo, suman $2,000 millones en desembolsos, según datos del Banco de Desarrollo Económico (BDE).
Esta semana será la última en que se pagan beneficios de los programas de desempleo por la pandemia, que incluyen los programas de PUA y el Gobierno propone a las 72,000 personas que recibieron fondos PUA que se conviertan en empresarios en vez de empleados. Se estima que casi una sexta parte de los trabajadores son empleados por cuenta propia.
“Esta es una gran oportunidad para que muchos de estos beneficiarios hagan realidad su sueño empresarial”, expresó Alemañy González. “En el BDE tenemos diferentes opciones para prestarles el dinero u ofrecerles una línea de crédito, ya sea para microempresas, pequeños y medianos negocios”.
…y a los trabajadores por cuenta propia
En el mes de julio, 169,500 personas trabajaban por cuenta propia, lo que representa el 15.8% de la fuerza laboral, según datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH). El dato supone una descenso de 5.8% respecto al mismo mes del año pasado. El año fiscal 2021 cerró con un promedio de 173,200 empleados por cuenta propia, 5.5% más que los 164,300 del año anterior.
“Un argumento que explica la tendencia al alza en esta categoría de empleados es que conforme se implementaron las restricciones para evitar los contagios por COVID-19, a partir de marzo de 2020, un grupo considerable de personas optó por emprender proyectos de autogestión, reinventarse y operar por su cuenta, dado que muchos de los principales sectores industriales redujeron su plantilla de empleados, restringieron las operaciones o hasta resolvieron cerrar, temporera o permanentemente. El surgimiento de diferentes nichos de oportunidades, como la confección, venta y manufactura de equipos de protección personal, como los cubrebocas de tela y los protectores faciales de plástico, o la manufactura, instalación y mantenimiento de separadores transparentes en acrílico de plexiglás o vidrio para locales comerciales y oficinas, propiciaron también este tipo de empresarismo. Además, empleados de otras industrias, como la construcción, jardinería y ornato, decidieron trabajar por cuenta propia, pues la alta demanda de esta clase de trabajador especializado tornó más lucrativo que un cuentapropista estableciera sus propias tarifas y horarios versus devengar un salario determinado dentro de una estructura obrero-patronal tradicional, pública o privada”, explicó Luis Alemañy, presidente del BDE.