Por redacción de Sin Comillas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que el crecimiento mundial disminuirá a 3.1% en 2016 y que repuntará a 3.4% en 2017. El pronóstico, que representa una revisión a la baja de 0.1 puntos porcentuales para 2016 y 2017 frente a las estimaciones de abril, refleja una moderación de las perspectivas de las economías avanzadas tras la votación de junio en la que el Reino Unido decidió abandonar
la Unión Europea —un hecho al que comúnmente se hace referencia con el término “brexit”— y un crecimiento más débil de lo previsto en Estados Unidos.
“Estos factores han agudizado la presión a la baja sobre las tasas de interés mundiales, y en este momento se prevé que la política monetaria mantenga una orientación acomodaticia durante más tiempo. Aunque tranquiliza observar que la reacción de los mercados ante el shock del brexit fue ordenada, el impacto que en última instancia este tendrá no está nada claro, ya que el destino de los acuerdos institucionales y comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea es incierto”, explica el informe del FMI.
El FMI prevé que la economía de Estados Unidos crecerá 1.6% en el 2017, 0.6 puntos porcentuales por debajo de las previsiones del mes de junio. Para el 2017, el crecimiento será de 2.2%, 0.3 puntos porcentuales menos de lo previsto.
“La creación de empleo es sólida, el mercado de la vivienda está mejorando y el gasto de los consumidores se mantiene vigoroso. No obstante, un prolongado ciclo de corrección de las existencias y la atonía de la inversión de las empresas han ocasionado una revisión a la baja del pronóstico para 2016 a 1.6%”.
El FMI proyecta que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará de forma gradual pero constante, y que para 2020 haya alcanzado un nivel de equilibrio a largo plazo de 2¾%, es decir, muy inferior al nivel previo a la crisis.
“El débil nivel del gasto de capital se debe en parte a una inversión en energía que sigue siendo negativa, la apreciación del dólar, la turbulencia financiera de principio de año y la mayor incertidumbre en materia de políticas relacionada con el ciclo electoral. Para 2017 se prevé una aceleración del crecimiento, hasta 2.2%, a medida que se reduzca el lastre del descenso de precios de la energía y se disipe el efecto de la apreciación del dólar. El crecimiento potencial a mediano plazo, proyectado en 1,8%, se ve frenado por el envejecimiento de la población y la tendencia reciente de una tasa de crecimiento de la productividad total de los factores que se mantiene baja”.