Por redacción de Sin Comillas

El reciente repunte en la inflación podría achacarse en parte a la pandemia de COVID-19, que ha provocado cambios en los patrones de gasto de los consumidores, según un estudio de Alberto Cavallo, profesor de la Universidad de Harvard. Estos cambios en los gastos de los consumidores han sido súbitos y radicales y han provocado que los datos oficiales del índice de precios al consumidor (IPC) sean difíciles de interpretar.

La inflación se mide utilizando una canasta de bienes y servicios que pretende representar lo que la gente compra habitualmente. Los artículos reciben una ponderación proporcional a la cantidad gastada en ellos. Debido a la pandemia, el año pasado, de un día para otro, la gente dejó de gastar en restaurantes, viajes en avión y otras actividades restringidas por los confinamientos.

Cavallo volvió a calcular la inflación con canastas de consumo de COVID y llegó a la conclusión de que el IPC subestimó la inflación durante los primeros tres meses de la pandemia, ya que los consumidores gastaron relativamente más en alimentos y otras categorías con mayor inflación, y menos en transporte y otras categorías que experimentaron deflación. Con la reapertura de la economía y el final de los confinamientos, el efecto se ha invertido.

En septiembre, la inflación con el COVID en Estados Unidos era de 1.90% mientras que el IPC oficial fue de 1.41%. También encontró evidencia de una mayor inflación por COVID en 12 de otros 19 países.

Los cálculos de Cavallo indican que la inflación en Estados Unidos podría haberse subestimado en hasta 5.5 puntos porcentuales durante 2020. Este desfase podría seguir mientras se recuperan los patrones de consumo normales, lo que hace difícil interpretar los datos de inflación.

La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos utiliza datos de encuestas que van dos años por detrás de los cambios en el mundo real. Por lo tanto, desde que empezó la pandemia, los datos oficiales de inflación han sido calculados utilizando ponderaciones que reflejan el entorno anterior al COVID-19.