FRANCFORT (AP) — El Banco Central Europeo recortó su tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual a un nivel mínimo récord de 0.75% a fin de darle un nuevo impulso a la economía de la eurozona, lastrada por la crisis que sufre el continente por una deuda pública excesiva.
La medida siguió a un recorte en las tasas por parte del banco central de China y nuevas estrategias de estímulo tomadas por el Banco de Inglaterra (central), a medida que las autoridades financieras mundiales tratan de apuntalar la economía mundial, en desaceleración.
Las bolsas de valores subieron brevemente por las noticias, sobre todo porque no se esperaba la nueva tasa de China.
Los líderes europeos acordaron la semana pasada dar nuevos pasos para reforzar la confianza del mercado en su bloque común del euro. Acordaron crear un supervisor bancario único para los rescates bancarios de los países en bancarrota y facilitarle a los países en problemas obtener ayuda financiera.
Esas medidas ayudaron a calmar los mercados financieros esta semana, por lo que esperaban que el BCE diera el siguiente paso de ayuda, en forma de un recorte de tasas.
El recorte en la tasa de refinanciamiento del BCE podría significar menos costos de endeudamiento para los bancos, las empresas y los consumidores. Esa tasa es la que pagan los bancos para recibir préstamos del BCE, por lo que influye en muchas otras tasas en la economía.
En teoría, un menor costo al pedir prestado hace más probable que empresas y personas se decidan a gastar, pero algunos economistas dicen que puede tener poco efecto, ya que las tasas de interés ya son muy bajas.
En un paso más sorprendente, el BCE también redujo a cero la tasa de interés que paga a los bancos por depósitos nocturnos, en un cuarto de punto porcentual. Esto busca incentivar a los bancos para que presten el dinero a otros bancos o negocios o en vez de dejarlo temporalmente en el BCE.
Sin embargo, al reducir la tasa a cero no elimina las razones por las que los bancos suelen ser reacios a prestarse entre sí: el miedo a que otros bancos puedan ser insolventes e incumplir el reembolso del dinero.