
Por Redacción de Sin Comillas
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llegó a un acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para retrasar durante un mes la entrada en vigor de los aranceles que estaban previstos para hoy martes.
México desplegará 10,000 soldados adicionales en la frontera con Estados Unidos para detener la entrada de inmigrantes y drogas ilegales (especialmente fentanilo) a cambio del aplazamiento temporal de la puesta en vigor de los aranceles. Por su parte, Estados Unidos ayudará a detener el flujo de armas hacia México.
Trump y Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, también llegaron a un acuerdo para aplazar un mes los aranceles a cambio de mayor vigilancia en las fronteras.
Por otro lado, hoy entraron en vigor los aranceles de un 10% adicional para todos los productos que lleguen de China, que ha respondido de forma inmediata con un paquete de aranceles al petróleo, al gas, los autos y la maquinaria agrícola procedente de Estados Unidos. Estos aranceles entrarán en vigor el 10 de febrero y serán de entre el 10% y el 15%.
China también ha anunciado que va a controlar las exportaciones de minerales claves para la fabricación de productos de tecnología de Estados Unidos. También ha anunciado que investigará si Google viola las leyes antimonopolio.
Trump, que utiliza la política comercial como arma de presión, dio a entender que Europa podría ser su próximo objetivo, al declarar a la BBC que los aranceles “sin duda ocurrirán con la Unión Europea” y podrían llegar “muy pronto”.
El presidente de Estados Unidos también ha anunciado que lo que se recaude con estos nuevos aranceles, unos $100,000 millones, creará un fondo soberano, como el que tienen Noruega o Arabia Saudí, con el que podría comprar la red social TikTok.
Economistas de Morgan Stanley advierten que el impacto de los aranceles se manifestará primero en una mayor inflación, provocando una reducción de la actividad económica.
Detrás de los aranceles contra México, Canadá y China está la forma en que Trump entiende la economía. Para él, la balanza comercial, el saldo entre importaciones y exportaciones, es un juego de suma cero, en el que las ganancias de unos son las pérdidas de otros. Pero la economía no funciona así.
Sus decisiones suponen el mayor golpe al orden mundial desde los acuerdos de Bretton Woods, según señalan los expertos, y dicen que lo absurdo es que las medidas no se toman por razones comerciales.