
Por Redacción de Sin Comillas
En Estados Unidos, los precios a nivel del consumidor aumentaron 2.8% en febrero respecto al año pasado, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS, por sus siglas en inglés). En enero la inflación fue de 3.0%. El resultado es levemente mejor al que esperaban los economistas, aunque se muestran preocupados ante la posibilidad de que los aranceles puedan hacer subir la inflación en el futuro.
Los precios subieron 0.2% entre enero y febrero, por debajo del alza de 0.5% del mes de enero, que fue el mayor desde agosto de 2023.
La inflación subyacente, que excluye el precio de alimentos y energía, experimentó un crecimiento interanual de 3.1% y aumentó 0.2% entre enero y febrero.
Los alimentos se encarecieron un 2.6% respecto a febrero del año pasado, impulsados por la subida de 58.8% en el precio de los huevos, debido a la epidemia de gripe aviar que provocado escasez. La energía estaba 0.2% más barata que 12 meses antes, gracias a un descenso de 3.1% en el precio de la gasolina.
Casi la mitad del aumento se debe al índice de precio de la vivienda, que acumula una subida interanual de 4.2% y un crecimiento mensual de 0.3%. La vivienda es el mayor gasto mensual en la mayoría de los hogares.
La inflación, que llegó a alcanzar el 9.1% en junio de 2022, su máximo en cuatro décadas, había caído en septiembre hasta 2.4%, el nivel más bajo desde febrero de 2021.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal decidió el 29 de enero mantener las tasas de interés entre 4.25% y 4.50%, tras tres reducciones consecutivas. Se espera que tampoco haya cambios en la reunión que tendrá la semana que viene.