Por redacción de Sin Comillas
La Catedral de San Juan Bautista, la Iglesia Santa Ana y la Capilla Santo Cristo de la Salud, instalaciones que forman parte del Registro Nacional de Propiedades Históricas, se repararán con cerca de $10.7 millones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA, en inglés).
El valor cultural e histórico de estos edificios es incalculable, lo que subraya la importancia de reparar los daños causados por el huracán María y restaurar estos espacios de gran significado para Puerto Rico. Según el historiador José Marull del Río de la Oficina Estatal de Conservación Histórica, por ejemplo, la Iglesia Santa Ana albergó en cierta época cinco obras en óvalo con santos de la Orden de la Merced, creadas por el pintor puertorriqueño José Campeche. También es la única muestra actual de una estructura urbana como esta del siglo XIX.
Asimismo, la Catedral de San Juan se destaca como la más antigua del país y la segunda más antigua de América. Por otro lado, la construcción de la Capilla del Cristo se remonta a 270 años.
“Estas instalaciones son espacios importantes de la historia e identidad puertorriqueña. La encomienda de nuestra división de Conservación Ambiental e Histórica es una de gran impacto, donde se busca atender los daños tomando en cuenta las leyes que protegen estructuras como estas que son un gran ejemplo de nuestro patrimonio”, sostuvo el coordinador federal de Recuperación por Desastre, José G. Baquero.
Debido a las características históricas de las estructuras, las reparaciones deben cumplir con los estándares de rehabilitación de propiedades históricas del Departamento del Interior. Estas guías se usan para determinar el tipo de tratamiento —ya sea preservación, rehabilitación, restauración o reconstrucción— que se aplicará según el nivel de importancia histórica de la instalación y el uso y condición en la que se encuentra la estructura.
Las reparaciones ya completadas para las tres instalaciones incluyen el enlucido de cal, las losas de ladrillo y el piso, las escaleras, los soportes de madera y puertas. Parte del trabajo pendiente incluye reemplazar la membrana del techo, los conductos y cableado eléctrico, las baldosas del piso y los candelabros. También se repararán el yeso, vidrieras y ventanas; y se pintarán interiores y exteriores, entre otras tareas.
Para la Catedral de San Juan, unos $177,000 dentro de sus fondos de reconstrucción son para medidas de mitigación: se reforzará la impermeabilización del techo, se aplicará una capa sobre las ventanas de vidrio transparente para evitar grietas y roturas, y se instalarán paneles sin reflector que sean resistentes a impactos para proteger los vitrales. Estas reparaciones buscan fortalecer la estructura para que no sufra daños similares durante los eventos atmosféricos que pudiesen ocurrir en el futuro.