Por redacción de Sin Comillas
Para lograr el impulso económico que Puerto Rico necesita se debe considerar, entre otras cosas, políticas públicas que nos sitúen como un destino de oportunidades para la inversión, que aliente la retención del capital humano y que inviten a talento de otras geografías a relocalizarse a la Isla y ocupen locales vacíos. También es necesario una actitud positiva, más espíritu de solidaridad y una visión orientada a la transformación.
Para esto, hay que examinar las experiencias que han derivado muchas ciudades en Estados Unidos tras implementar la estrategia Welcoming Cities, una propuesta que se enfoca en facilitar la relocalización de individuos, familias, empresarios y corporaciones que se muden permanentemente a las ciudades apoyando desde el gobierno –y con el apoyo de otros sectores-. Las iniciativas de integración multicultural que acogen inmigrantes y nacionales que se mueven de un estado a otro, o de una ciudad a otra, viabilizan la gestión de actividades de emprendimiento económico y potencian los espacios de convergencia social para discutir las salidas a los problemas que les aquejan.
Los ejemplos en los que se inscribe esta estrategia fueron presentados el martes en el foro Perspectivas Estratégicas y Modelos de Transformación para Puerto Rico, evento organizado por la iniciativa de acción colectiva Echar Pa’lante.
“Necesitamos explorar aceleradamente ideas nuevas que desarrollen oportunidades de crecimiento y que los líderes que pueden encaminar este tipo de esfuerzo lo hagan con urgencia. Necesitamos fomentar la innovación en todo lo que hacemos, y estudiar cómo nos podemos transformar para ser un destino más atractivo para vivir y establecer negocios”, expresó en su mensaje de bienvenida Richard Carrión, principal oficial ejecutivo de Popular Inc.
La conversación sobre el alcance de las estrategias implantadas con la iniciativa Welcoming Cities fue conducida por tres mujeres profesionales quienes han probado el éxito de este modelo en ciudades estadounidenses que en un momento experimentaron situaciones de precariedad económica y crisis social.
Rachel Peric, directora de Welcoming America, compartió con los presentes la experiencia de Nashville, una ciudad que en menos de una década superó una aguda crisis económica y hoy día es la tercera ciudad mejor posicionada para crecer y prosperar en la próxima década, según informes de la revista Forbes.
La ciudad de Nashville, narró Peric, se convirtió en pocos años en un lugar atractivo para la inversión como resultado de una política estatal que alentó el desarrollo de iniciativas para facilitar la integración de sus inmigrantes.
En este caso, dijo, la diversidad fue un factor clave de innovación y un componente significativo para su superación.
“Las naciones que aceptan e integran a sus inmigrantes tienen mayor crecimiento y desarrollo”, dijo la experta en estudios poblacionales, para quien el éxito del desarrollo social también depende del buen liderazgo, una comunicación efectiva entre el gobierno y la ciudadanía, acceso a oportunidades de educación y garantías de seguridad.
“La ciudad tiene que convertirse en un destino para gente que disfrute estar en ella, que se enfoque en estrategias de retención de su población imprimiéndole valor a su talento humano, a sus recursos y al sector empresarial local”, acentuó.
La puertorriqueña Jennifer Rodríguez, por su parte, compartió el caso de la ciudad de Filadelfia, que llegó ser una de las ciudades más pobres de Estados Unidos y figuró entre las que más población perdió en las pasadas décadas.
Rodríguez, quien dirige la Oficina de Asuntos Multiculturales y de Inmigrantes de la ciudad, explicó cómo las políticas gubernamentales de integración social fueron cruciales para alentar el crecimiento poblacional y, por consiguiente, incentivar el desarrollo económico.
“Los inmigrantes ven oportunidades donde otros no las ven porque suelen ser más optimistas, emprendedores y enérgicos. Gracias al trabajo de integración que realizamos aprendimos que lo que era bueno para ellos era bueno para los nativos, así que nos dirigimos a generar un ambiente propicio para alentar el sentido de pertenencia y una mayor conexión emocional entre los ciudadanos y su entorno”, expresó.
En esa estrategia de integración, explicó Rodríguez, el gobierno de Filadelfia se encargó de facilitar el acceso de toda la ciudadanía a los servicios de la ciudad, fomentando la igualdad en el trato y promoviendo diálogos comunitarios.
Hoy, acotó la funcionaria, Filadelfia es “una ciudad próspera con vecindarios vibrantes y multiplicidad cultural” donde los inmigrantes representan casi el 75% del aumento en la fuerza laboral en los últimos 10 años.
La última en exponer fue Kate Brick, de la organización Americas Society que trabaja con siete ciudades en Estados Unidos promoviendo la integración de los inmigrantes como paliativo a la crisis económica, siendo los casos de Atlanta, San Luis y Detroit los más interesantes.
En la situación de Atlanta, por ejemplo, Brick narró cómo mientras el estado de Georgia promovió legislación anti inmigrantes, esa ciudad se enfocó en promover espacios de integración alentando la inversión económica de los inmigrantes en pequeñas y medianas empresas.
Sobre Detroit, que ganó titulares noticiosos tras declararse en quiebra el año pasado, contó que ha comenzado a percibir un despunte en su economía como resultado de las inversiones que han logrado atraer grupos inmigrantes en un esfuerzo articulado tras la iniciativa globaldetroit.com.
Lo mismo ha ocurrido con la ciudad de San Luis, que según narró Brick se ha beneficiado de la inmigración para impulsar su crecimiento económico y las prácticas de innovación promoviendo el esfuerzo stlmosaicproyect.com.
La suma de todas experiencias apuntan a la necesidad de construir nuevas relaciones sociales y políticas dirigidas a superar las desigualdades y los prejuicios en aras de fortalecer el tejido social, fomentar espacios de participación comunitaria y potenciar el capital humano.
Para Gloria Viscasillas, líder integrador de Echar Pa’lante, la experiencia de Welcoming Cities sirve de ejemplo para, desde Puerto Rico, formular estrategias de desarrollo económico que alienten prácticas de relocalización poblacional, al tiempo que fomenten espacios de convergencia para atraer nuevos talentos y retener el nuestro.
Bajo esa formulación, la diáspora puertorriqueña se convierte en un activo importante que puede representar nuevas oportunidades para mitigar la crisis actual.
“Ante los retos de la contracción poblacional, podemos aprender mucho de la experiencia y aprendizaje de estas ciudades implementando estrategias de desarrollo económico como las de Welcoming Cities, diseñadas para atraer individuos, familias, empresarios y corporaciones no sólo a venir de visita, sino a relocalizarse permanentemente y facilitarles el proceso”, señaló Eduardo Negrón, vicepresidente ejecutivo del Grupo de Administración de Popular.