Natalie Jaresko, directora ejecutiva de la Junta de Control Fiscal.

Opinión

Por José G. García López y Emil Nieves Mounier*

El Plan de Ajuste de la Deuda (PAD) requiere ser evaluado en términos macroeconómicos a corto, mediano y largo plazo. Este análisis todavía no se ha hecho. A la fecha, la Junta de Supervisión Fiscal sólo se ha limitado a presentar proyecciones de tendencia del Producto Nacional Bruto (PNB) y del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU), sin dar a conocer la metodología detrás de las mismas. Por su parte, el trabajo realizado por los doctores en economía Joseph Stiglitz y Martín Guzmán se limita a contestar la pregunta sobre la sostenibilidad de la deuda. Es decir, cuál es la cantidad máxima de deuda que puede pagar el Gobierno de Puerto Rico dado que tiene que atender en otras necesidades del país. Se desconoce el impacto macroeconómico que tendría cualquier nivel de gasto relacionado al pago de la deuda.

Resulta sorprendente que la Asamblea Legislativa no le haya solicitado a la Junta de Planificación un análisis macroeconómico del Plan de Ajuste de la Deuda

Es por esta razón que resulta imperativo que se realice un análisis macroeconómico objetivo y ponderado de los efectos que tendría el PAD por parte de la Junta de Planificación (JP). La JP posee los modelos macroeconómicos y sectoriales para determinar los impactos que tendría el PAD en la economía a corto y largo plazo. Los economistas de la JP tienen un amplio conocimiento y la capacidad de análisis técnico sobre el comportamiento de los agregados económicos como es el consumo, la inversión bruta, el gasto público y el sector externo (exportaciones e importaciones). A la vez, disponen de unos modelos macroeconómicos y sectoriales (Insumo-Producto) que permiten medir los impactos a nivel agregado y en cada uno de los sectores industriales. Por ejemplo, se puede medir el efecto de las medidas de austeridad sobre el gasto público que contiene el PAD y el Plan Fiscal; el cual incluye el recorte desbastador de nuestras pensiones y de los beneficios marginales a los empleados públicos; así como el impacto que tendrán las transferencias de pago de intereses de Puerto Rico a no residentes en otros países. Además, se pueden medir los impactos en los sectores e industrias principales.

Nos resulta sorprendente que la Asamblea Legislativa, tanto la Cámara de Representantes como el Senado, no le haya solicitado a la JP que realice este análisis. La JP puede presentar los escenarios futuros y vislumbrar sobre los posibles impactos del PAD en nuestra economía. Con sumo respeto diferimos del senador Hon. Juan Zaragoza, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, con respecto a sus expresiones de que es imposible realizar proyecciones de impacto macroeconómico a largo plazo. La ciencia económica sí provee las herramientas técnicas y metodologías econométricas que permiten medir y modelar razonablemente los impactos del PAD. La JP tiene la capacidad para desarrollar los escenarios de impacto tanto macroeconómico como sectorial para permitirnos ver las consecuencias del PAD.

En resumen, consideramos que el proceso de aprobación del Proyecto de la Cámara 1003, tanto en Cámara como en el Senado, ha sido atropellado e injusto al no permitir que la JP y otras entidades profesionales y académicas se hayan expresado sobre este asunto tan trascendental para el país.

A pesar de que ambos cuerpos ya aprobaron la medida con enmiendas, es probable que haya un comité de conferencia y la necesidad de que se vuelva a votar sobre este proyecto. Antes de esto, el país, la propia Junta Fiscal y los representantes de la asamblea legislativa, deberían conocer el impacto macroeconómico real que tendría el PAD sobre la economía de la Isla. ¡De no hacerlo no estaremos siendo responsables con la fiducia pública y las generaciones futuras!

  • Los autores son economistas jubilados del Banco Gubernamental de Fomento.