Por Luisa García Pelatti

La tasa de morosidad bancaria cayó hasta 2.10% en el tercer trimestre del año pasado, el nivel más bajo desde 2006, según los datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC).

Los aumentos en las tasas de interés no parecen estar afectando a la capacidad de pago de las familias.

La morosidad en los préstamos había subido hasta 6.57% en el tercer trimestre del 2020 y desde entonces no ha parado de caer. La morosidad superaba el 10% entre 2009 y 2012.

El valor total de créditos dudosos disminuyó de $633.2 millones en el tercer trimestre del 2022 hasta $531.8 millones en el mismo periodo de 2023. Son $101.4 millones menos que el año anterior y $11.8 millones menos que en el segundo trimestre del 2023.

La tasa de morosidad es más alta en la cartera de hipotecas, entorno al 3.58%, pero también aquí se observa un fuerte descenso. En el 2020 se había situado por encima del 10%.

Donde si sube la tasa de morosidad es en las tarjetas de crédito, que se sitúa en 1.68%, frente al 1.39% del trimestre previo y al 1.10% del tercer trimestre del 2022.

Se considera que un préstamo es moroso si se ha producido un impago del principal o intereses durante un periodo de más de 90 días.

Disminuye la morosidad en préstamos de construcción de desarrollo, que pasa de 2.79% en el segundo trimestre de 2023 a 1.88% en el tercer trimestre.

Por entidad, Banco Popular tiene la tasa de morosidad más alta, 2.53%, seguido de Oriental (2.00%) y FirstBank (1.30%).