Por redacción de Sin Comillas
La Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE) reaccionó con sorpresa e indignación a la decisión de la Administración de Desarrollo Socio-Económico de la Familia (ADSEF) para cancelar, sin aviso previo, la iniciativa federal Buen Provecho. Durante los últimos 29 meses, este programa piloto le permitía a los envejecientes, personas sin hogar y ciudadanos con discapacidades a comprar alimentos preparados en restaurantes utilizando la tarjeta de la Familia.
“La cancelación de Buen Provecho llegó de sorpresa tanto para los 45 restaurantes participantes como para las decenas de miles de beneficiarios del proyecto, en su mayoría personas sin hogar, ancianos solos o personas con discapacidades que no se pueden valer por sí mismos. Es un acto que se traduce en una injusticia social”, dijo Carlos Morell, presidente de ASORE.
La Administradora de Desarrollo Socioeconómico de la Familia, Marta Elsa Fernández, explicó en su carta a los socios de ASORE, que el plan piloto fue cancelado porque no tuvo éxito, sustentando su decisión con datos y los pobres resultados de las evaluaciones de la entidad federal Food and Nutrition Services (FNS). Aunque la razón del programa piloto diseñado por FNS era evaluar el funcionamiento de los sistemas electrónicos, el trato a los participantes en los restaurantes, los descuentos requeridos por ley (de un tres a diez por ciento) y que no se le cobrara IVU, todos fueron cumplidos a cabalidad, según ADSEF.
Sin embargo, Morell explicó, “que el contenido de estos informes nunca fueron revelados ni compartidos con ASORE a pesar de que la entidad mantiene una estrecha comunicación con ADSEF. El contenido de estos informes es sustancialmente importante porque las evaluaciones de ADSEF fueron excelentes”.
La organización cursó una carta a la Administradora de ADSEF pidiendo discutir los informes, y otras misivas a Francisco Chévere, Director Ejecutivo de la Compañía de Comercio y Exportación y al gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, por el compromiso contraído de unirse en la gestión de crear empleos en la industria de los restaurantes. “La cancelación del programa coloca en peligro nuestro serio y genuino interés de crear empleos”, lee la carta enviada a Chévere.
Como resultado de ello, esta semana se mantuvo una reunión con el Secretario de Asuntos Públicos, Jorge Colberg en la que se acordó que se establecería una reunión posterior para la discusión del tema y se solicitó a ASORE sus recomendaciones sobre el programa.
De acuerdo a Morell, Marta Elsa Fernández mencionó que estaban considerando que este grupo de personas pudiera adquirir los alimentos preparados en los supermercados. “El que una persona pueda comprar una pechuga con ensalada preparada en un colmado pero no en un restaurante es un planteamiento arbitrario, confuso y discriminatorio. No hay una explicación clara de por qué un colmado sí y un restaurante no”, expresó Morell.
La cancelación del programa Buen Provecho tampoco se puede basar en consideraciones nutricionales, pues los restaurantes “utilizan los mismos productos que se encuentran en un colmado. Es más, en muchos casos, hasta más frescos porque por ejemplo los restaurantes adquieren el 35% de los productos agrícolas del país en muchos casos directamente de empresas agrícolas locales y a veces hasta en los mismos supermercados. Utilizamos los mismos proveedores, transportistas y distribuidores. Los restaurantes proveen alternativas bajas en calorías y los participantes eligen lo que prefieren comprar o comer, al igual que en los supermercados”, planteó Morell.
ASORE solicitó con carácter de urgencia acceso a los informes aludidos y pidió una reunión para discutir las discrepancias en las evaluaciones de un programa de justicia social, que además tenía un impacto en la creación de empleos en la industria de restaurantes. ASORE planteó además que recientemente se anunciaron los cambios en los procesos de solicitud del PAN para facilitar que las personas sin hogar tengan ese beneficio.
La Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), fundada en el 2003, representa el segmento comercial de venta de alimentos confeccionados que incluye restaurantes, cafeterías, pizzerías y panaderías, entre otros. Este segmento emplea sobre 57,000 personas de forma directa con una nómina de sobre $600 millones anuales, genera más de $3,900 millones en ventas al año y compra más de $500 millones en producto local.