“La información es un bien público y, en tanto bien público, necesita apoyo público”

Joseph E. Stiglitz

Por redacción de Sin Comillas

El Día Mundial de la Libertad de Prensa, creado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se centra este año en los problemas contemporáneos de la libertad de expresión, el acceso a la información y el rol de servicio público del periodismo.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa tiene su origen en una conferencia de la UNESCO celebrada en Windhoek, Namibia en 1991, de donde salió la Declaración de Windhoek para el Desarrollo de una Prensa Libre, Independiente y Pluralista. Ahora, 30 años después la UNESCO volvió a Windhoek para celebrar la Conferencia Internacional del Día de la Libertad de Prensa bajo el lema “La información como bien común”.

El tema sirve de llamamiento para renovar el compromiso mundial con la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de información, al tiempo que reconoce los nuevos retos económicos a los que se enfrenta el sector de los medios de comunicación, el papel de guardián de las empresas de Internet y su necesidad de mayor transparencia, así como la gran necesidad de fortalecer las capacidades de alfabetización mediática e informacional en todo el mundo.

Al promover la idea de “la información como un bien común”, el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2021 pone énfasis en la importante diferencia entre la información y otros tipos de contenidos de comunicación, como la desinformación, el discurso de odio, el entretenimiento y los datos. El objetivo es llamar la atención sobre el papel especial del periodismo en la producción de noticias como información verificada en el interés público, y sobre cómo esto depende de un ecosistema más amplio que habilita la información como bien común.

La UNESCO también quiso poner énfasis en la necesidad de:

  • Medidas para garantizar la viabilidad económica de los medios de comunicación;
  • Mecanismos para garantizar la transparencia de las empresas de Internet, y
  • Mejora de las capacidades de alfabetización mediática e informacional que permitan a la gente reconocer y valorar, así como defender y exigir, al periodismo como parte fundamental de la información como bien común.

La información como un bien común

“La importancia de acceder libremente a una información fiable, sobre todo a través del periodismo, ha quedado demostrada con la pandemia de COVID-19: en momentos de crisis como este, la información puede ser una cuestión de vida o muerte. Esto ha sido especialmente cierto frente a la ‘desinfodemia’ del COVID-19, una mezcla de información errónea y desinformación que se ha extendido por todo el mundo sembrando confusión, discordia y división. La falta de información y datos fiables a disposición del público ha creado un vacío para los contenidos potencialmente dañinos (incluido el discurso de odio) y las teorías conspirativas engañosas, en su mayoría difundidas en línea a través de modelos de negocios de Internet y actores que se aprovechan de estos”, destaca Audrey Azoulay, directora de la UNESCO.

Añade que la crisis de salud pública del COVID-19 ha puesto de manifiesto el papel vital que juegan los medios de comunicación libres e independientes en todo el mundo. En muchos países, los periodistas se han enfrentado a la presión de las autoridades. En otros casos, han visto obstaculizada su labor por las medidas puestas en marcha para contener el virus.

Retos actuales

La UNESCO identifica tres tendencias subyacentes:

  • Los desafíos preexistentes a la viabilidad de los medios de comunicación se han agravado considerablemente. Los modelos económicos de los medios de comunicación, que ya habían sido golpeados por la competencia de las empresas de Internet, se han visto aún más afectados por las enormes pérdidas de ingresos publicitarios debido al impacto económico de la crisis sanitaria. Cuando la independencia económica de los medios de comunicación está en riesgo, también está en riesgo su independencia editorial: en tiempos de incertidumbre económica, los medios son más vulnerables a la compra por parte de los gobiernos, a los barones de los medios de comunicación y a las interferencias de los anunciantes , lo que supone una amenaza a la integridad editorial y el papel de los medios independientes como servicio público.
  • Las empresas de Internet (como las de redes sociales, mensajería y búsqueda) siguen siendo criticadas por sacar rédito de flujos de contenidos que transmiten asombrosos volúmenes de desinformación (y otros contenidos potencialmente perjudiciales para los derechos humanos), incluso en el contexto de la pandemia. La disponibilidad del periodismo está cada vez más mediada por estas empresas, pero sin que den prioridad a su carácter distintivo y su importancia dentro del conjunto de contenidos más amplio. El funcionamiento de estas entidades empresariales continúa siendo opaco, lo que impide a las partes interesadas diseñar respuestas de política informadas.
  • En estos tiempos de flujos de información y desinformación sin precedentes, que se suman a flujos de entretenimiento, datos y otros tipos de contenido, las personas corren el riesgo de ser confundidas o manipuladas, sobre todo por la segmentación algorítmica personalizada. Es fundamental que los ciudadanos de todo el mundo desarrollen y refuercen sus competencias en materia de alfabetización mediática e informacional para que puedan emitir juicios y tomar decisiones con conocimiento de causa, y participar de forma crítica en el desarrollo sostenible, para lo que es indispensable la información como bien común. Igualmente importante es que los ciudadanos conozcan sus propios derechos a la libertad de expresión y la importancia del papel de los periodistas para la producción de información fiable. La alfabetización mediática e informacional debe incluir la valoración de la seguridad de los periodistas (en especial de las mujeres periodistas) y la concienciación sobre la necesidad de defender y exigir un periodismo en el interés común. Al reconocer estos aspectos relacionados con el público, el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2021 servirá de insumo para la Semana Mundial de la Alfabetización Mediática e Informacional, que se celebrará en octubre de 2021, a fin de seguir desarrollando esta dimensión.