La multa, que triplica la que pagó UBS hace cinco años por un caso similar, permitirá así cerrar una larga investigación por conspiración iniciada por el Departamento de Justicia y el resto de reguladores. La entidad corría el riesgo de haber perdido la licencia para operar en EE UU.
La evidencia mostró que Credit Suisse, junto a dos filiales, utilizó una serie de entidades tapadera para cubrir las cuentas que no se declaraban. De esta forma se ayudó a los clientes a retirar el dinero de las cuentas bien en efectivo o con transferencias a bancos en EE UU.