Durante los últimos 50 años, los países han buscado una mejor calidad de vida a través de más crecimiento económico. Y ese crecimiento se ha estado midiendo, desde 1942, con el Producto Interno Bruto (PIB). Durante mucho tiempo, el objetivo era que el PIB creciera a toda costa, sin importa las consecuencias que ese crecimiento podría tener en la calidad de vida, en la salud de los habitantes, en el medioambiente. ¿Conduce el crecimiento económico a un mayor bienestar y a una mejor calidad de vida?

El tema ha sido objeto de estudio de dos economistas, Ivonne del C. Díaz y José I. Alameda Lozada, del Departamento de Economía del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. El estudio, titulado “Índice de Bienestar Económico Sostenible para Puerto Rico”, llega a la conclusión que “el bienestar económico de los puertorriqueños se ha estado deteriorándose desde principios de los 1980, a pesar de que la medición de crecimiento económico, aunque menguada, es desde esta fecha positiva”.

El aumento en la producción genera calentamiento global, agotamiento de los recursos, contaminación y congestión vehicular, entre otros problemas que se contabilizan en el PIB como producción, pero no generan bienestar. El estrés y los divorcios generan negocios y el PIB los valora como beneficios. Todos estos costos sociales, ambientales y económicos reducen el bienestar social y no son contabilizados en el PIB.

Se plantea la necesidad de medir el desarrollo económico y no el crecimiento económico. Según explican los economistas, crecimiento significa aumentos cuantitativos, expansión de la actividad humana. Desarrollo significa mejorar cualitativamente, mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, mejorar el bienestar social, ecológico y económico, mejorar nuestra calidad de vida.

Díaz y Alameda calcular un Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES) para Puerto Rico, que considera aspectos como la distribución del ingreso, la calidad del aire y del agua, el agotamiento de los recursos no renovables, la congestión, la urbanización, el daño ambiental y el cambio climático. Este Indice “reconoce que el crecimiento más allá de cierto punto no tiene sentido económico. Reconoce que la mayoría de los problemas de la humanidad están interconectados”.