Por Luisa García Pelatti

El gastos de las familias muestra un fuerte crecimiento con subidas en la deuda en tarjetas de crédito, préstamos personales y de autos. Por otro lado, se reducen los créditos a empresas y, con las tasas de intereses al alza, siguen disminuyendo los préstamos hipotecarios.

En el tercer trimestre, la cartera de préstamos creció 2.2%. Es el primer aumento desde principios del año pasado, según datos de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras.

Los préstamos personales crecieron 15.4% en el tercer trimestre, el sexto aumento consecutivo y el mayor en, al menos, más de dos décadas.

Los préstamos para la compra de autos, que no han dejado de crecer desde finales de 2017, mantienen su fuerte crecimiento de doble dígito, que en el tercer trimestre fue de 15.1%.

La deuda en tarjetas de crédito, que había estado cayendo desde 2013, acelera su crecimiento. En el tercer trimestre, la deuda en tarjetas creció 11.0%,  el tercer trimestre al alza y la mayor subida desde 2013.

La deuda en tarjetas de crédito había caído al inicio de la declaración de la pandemia –debido a la caída del consumo, los viajes y a que las familias usaron los cheques de estímulo para reducir los balances adeudados.

Los préstamos comerciales, industriales y agrícolas siguen sin recuperarse. En el tercer trimestre disminuyeron 1.9%, la sexta caída consecutiva.

Los préstamos hipotecarios disminuyeron 2.6%. La deuda hipotecaria, que ha estado cayendo desde 2010, disminuyó hasta $18,100 millones, y está entre las más bajas desde 2002.