“Consideramos improbable que las tímidas restricciones decretadas vayan a frenar la severa epidemia dentro de la pandemia que nos está arropando”

El nivel de vacunación todavía no es suficiente para evitar el repunte

Por Luisa García Pelatti

Para controlar el fuerte repunte en el número de casos positivos de COVID-19, la demógrafa Judith Rodríguez y el médico salubrista Ibrahim Pérez recomiendan imponer algunas de las siguientes medidas: cierre comercial, confinamiento parcial (dominical o de fin de semana), ampliar el horario del toque de queda, establecer la ley seca nocturna durante los siete días de la semana y control más estricto en el aeropuerto.

Consideran que es necesario imponer mayores restricciones debido a la ola de contagios que ha disparado los contagios a un nivel que no se veía desde noviembre.

Los expertos señalan que la última orden ejecutiva (17 de abril) fue “una respuesta tardía e insuficiente que no responde a la magnitud, ni a la severidad del repunte” que se ha producido. Tampoco ayuda a proteger la salud de la ciudadanía ni la capacidad del sistema hospitalario.

“Consideramos improbable que las tímidas restricciones decretadas vayan a frenar la severa epidemia dentro de la pandemia que nos está arropando”, advierten.

Aseguran que antes de la orden ejecutiva había consenso entre salubristas de que las medidas debían ser medidas más “restrictivas y contundentes”. “Los salubristas ni tan siquiera estábamos proponiendo un cierre completo, solo unas medidas restrictivas que fueran inmediatas, eficaces, realizables y de corta duración, pero que cumplieran con su gran finalidad: romper inmediatamente la cadena de transmisión del COVID”, explican Rodríguez y Pérez en su análisis semanal.

A pesar de que el gobernador Pedro Pierluisi dijo que nadie le estaba recomendado un cierre completo, lo cierto es que los salubristas le pidieron medidas más restrictivas y entre ellas habían mencionado algún grado de cierre parcial. “Ningún caso nos ha hecho”.

Una semana después de que entrara en vigor la última orden ejecutiva no se observa ningún cambio en el patrón de los contagios. “El Gobernador ha repetido públicamente que los casos están bajando y que vislumbra seguirán bajando próximamente. Eso no se está viendo con absoluta claridad todavía. Pero hemos escuchado las quejas de los laboratorios abrumados por el exceso de pruebas que están recibiendo, incluyendo algunos que han tenido que dejar de recibir nuevos pacientes. Y muchos médicos escriben que sus hospitales están llenos”.

Tras alcanzar cifras mínimas aceptables en los primeros meses del año, a finales de marzo los datos empezaron a deteriorarse de forma acelerada. Los casos positivos semanales pasaron en una semana de 2,251 la semana que terminó el 4 de abril a 5,420 el 11 de abril. La semana pasada se produjeron 5,341 casos positivos. Son las cifras más altas desde mediados de noviembre, cuando se produjo la mayor ola de contagios de la pandemia.

Los datos que recopilan y analizan Rodríguez y Pérez muestran que en términos diarios, había 763 casos positivos en la semana del 18 de abril, un repunte enorme si tenemos en cuenta que a principios de marzo teníamos un promedio de 130 casos diarios.

El origen de este aumento en contagios hay que buscarlo en los días libres de Semana Santa, que propiciaron reuniones familiares y la llegada de turistas. Hay incidentes específicos como las aglomeraciones en cayo Caracoles, la Plaza de Santurce y el Capitolio. Además está la llegada de nuevas cepas de coronavirus.

Con la mayoría de las personas mayores de 65 años ya vacunadas, los más afectados son ahora más jóvenes.

El promedio diario de defunciones ha pasado de 2.2 en marzo a 6.0 en los primeros 23 días de abril.

La vacunación avanza, un 33% de la población en Puerto Rico ha recibido al menos una dosis de la vacuna y 21% está completamente vacunado. No obstante, Pérez y Rodríguez indican que la vacunación no es la solución inmediata al repunte de casos. “La vacunación es de gran ayuda en la marcha, pero tiene su efecto real de proteger a la población cuando 70% o más están vacunados y se alcanza la inmunidad de rebaño. El nivel de vacunación en el que estamos no ha sido todavía suficiente, ni tan siquiera para evitar el repunte que ha ocurrido desde mediados de marzo, tres meses transcurridos desde que comenzamos a vacunar”.

Nuevas cepas 

Ante la llegada de nueva cepas del coronavirus, Pérez y Rodríguez reclaman un mecanismo confiable para diagnosticar estas cepas en la Isla, como había prometido el Gobierno hace varios meses.

“Tenemos que hacer nuestras propias investigaciones para determinar sus mecanismos de transmisión en la población pediátrica y joven más afectada en este repunte, y si las reinfecciones ocurridas en personas vacunadas son causadas por mutaciones no protegidas por las vacunas. El clarificar tantas interrogantes es fundamental para saber con qué virus estamos realmente bregando, y si se van a requerir nuevas y distintas estrategias y tratamientos para enfrentarlo exitosamente”.