Se disparan los casos de COVID-19 y suben las hospitalizaciones, pero el número de fallecidos permanece bajo

Por redacción de Sin Comillas

Volvemos donde estábamos a finales de enero. El número de casos de COVID-19 sigue al alza, después de que se eliminara la obligatoriedad de las mascarillas en interiores el 10 de marzo. Catorce días después la incidencia subía a 58 (un nivel sustancial). El viernes pasado superaba los 600 casos por 100,000 habitantes. Desde los 100 casos ya se considera un nivel alto.

La incidencia (el número de casos nuevos confirmados y probables notificados durante un periodo de 7 días por cada 100,000 habitantes) se situó en 558 el 23 de abril, el nivel más alto desde el 25 de enero, durante la ola ocasionada por la variante ómicron. En todos los municipios el nivel de  transmisión comunitaria es alto.

Pero hay una diferencia, la mortalidad ahora es mucho más baja. Si en enero la alta incidencia provocaba alrededor de una veintena de muertes diarias, ahora, con una incidencia similar no se han reportado fallecidos en siete de los últimos 12 días y en los restantes sólo ha habido un fallecido diario.

El año empezó con una tasa de incidencia de COVID superior a los 2,000 casos por 100,000 habitantes y se redujo de forma sustancial hasta alcanzar los 42.11 el 15 de marzo, un nivel moderado de incidencia, según los parámetros del Departamento de Salud.

La tasa de positividad (el porcentaje de todas las pruebas de RT-PCR positivas) se elevó el sábado a 23.11%, la más alta desde finales de enero. Ese día había 179 personas hospitalizadas, 40 de ellas eran menores. El número de hospitalizados es el más alto desde mediados de febrero.