Por Luisa García Pelatti

El 2020, el año de la pandemia, se ha saldado con la destrucción de 55,000 empleos y el primer aumento en una década en el número de personas desempleadas. La recuperación del empleo se ha visto truncada al final del año por las restricciones para evitar la propagación del COVID-19.

A falta del mes de diciembre (se espera que los datos se publiquen el 15 de enero), el annus horribilis del mercado laboral, cierra con un empleo promedio de 835,700, el más bajo en más de tres décadas, afectado no solo por la crisis del COVID-19, sino también por el caída de la población y de la emigración.

A pesar de que el empleo se ha recuperado en cierta medida tras la debacle provocada por el confinamiento, cuando se perdieron 117,100 puestos de trabajo, el avance del empleo ha resultado ser muy insuficiente como para revertirla. La recuperación del empleo, que comenzó en mayo, experimentó un frenazo en noviembre. Hasta ese momento se habían recuperado 55,200 empleos, un 47% de los empleos perdidos durante el confinamiento decretado a mediados de marzo.

El coronavirus ha asestado al mercado laboral el mayor golpe desde 1990, el dato más antiguo en el banco de datos de SIN COMILLAS. La caída de 6.2% del empleo en el 2020, es mayor que la recesión de 2009 (-4.9%) y la de 2.6% tras el huracán María en 2017.

El número de personas desempleadas aumentó hasta 90,000, 1.9% más que en 2019, el primer aumento desde 2010.